Capítulo 8

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Willian observó apoyado en el marco de la pared a Arley ayudar al pequeño Oliver con su tarea de matemáticas, tenían el cuaderno de trabajo abierto sobre la barra y el asistente del escritor controlaba la olla que estaba detrás de él y respondía las preguntas del niño que parecía bastante frustrado con su tarea. Desde el momento en que William supo sobre la vida de su joven asistente el escritor de Best Seller inglés no había podido dejar de pensar en eso, era una constante donde, cuando lo veía lo primero que hacía era corroborar que no tenía una herida, un golpe. William sabía que nada podía hacer, no podía obligar a un adulto como lo era Arley a accionar diferente, sólo podría asegurarse de que siempre que fuera a su casa estuviera sano.

Arley no era idiota, lo sabía perfectamente, William lo recorría con la mirada cada tarde cuando se encontraban en el departamento del último, Arley sabía que el hombre había quedado sorprendido por su vida familiar y estaba preocupado, también era consciente de que no importaba que dijera luego de ver su ojo morado jamás le creería que estaba bien, porque la verdad era que no lo estaba, que no había forma de estar bien en un lugar como en el que estaba, con un borracho que le gritaba a él y a su hermano cada noche de cada día que estaba en la casa.

Arley no era idiota, lo sabía perfectamente, William lo recorría con la mirada cada tarde cuando se encontraban en el departamento del último, Arley sabía que el hombre había quedado sorprendido por su vida familiar y estaba preocupado, también er...

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El viernes era noche de pizza, se había vuelto casi una tradición luego de mes y medio con la misma rutina, Arley bajaba a buscarla cuando el repartidor llamaba a la puerta, mientras que el pequeño Oliver se aventuraba al estudio del escritor para avisarle de la comida, entonces sin aguantarse mucho su curiosidad el más joven interrogaba al autor sobre la continuación de la historia, algo que llenaba de ternura al adulto que trataba de mantener el misterio junto a un niño insaciable de curiosidad. Para cuando Arlye volvía a subir al piso de William los platos ya estaban puestos, el jugo para Oliver servido y el café también, era una escena demasiado cotidiana, muy familiar. Arley tenía que reconocer que la estabilidad de ese tipo de rutinas había ayudado no solo a centrarse al pasar la mayor parte del tiempo fuera de su casa, sino que a Oliver también le estaba haciendo bien, sus notas incluso habían mejorado, colocándolo entre los mejores de su clase en tan solo un mes.

Ese viernes, 15 de Octubre los tres estaban sentados comentando la tarea de Oliver y de Arley, William había prometido revisar el trabajo de investigación de su asistente ya que él se había graduado con honores en la misma universidad y en la misma carrera. Fue en ese momento en que el teléfono de trabajo de Arley sonó y también el de William, por un lado estaba Marcus Flint el mismo hombre que le había conseguido el trabajo y en el teléfono de su escritor era su mejor amigo Jonathan, en ambos decía lo mismo.

"Prende la televisión, BBC News"

Ambos se miraron, Arley se acercó al control remoto y prendió la televisión, era un horario donde más que noticias pasaban cosas que podían considerarse de interés, noticias amarillistas principalmente, aunque en opinión de William solo era chisme.

Allí estaba Melodí, la antigua asistente de William con una sonrisa y develando la historia sexual del escritor, claro que él era abiertamente gay, pero jamás había expuesto a sus parejas, la mujer estaba contando como ella había coordinado su agenda, diciendo cosas como lo mal que se había sentido, lo jóvenes que eran y más historias que rozaban el crimen, fueron quince minutos en que los tres observaron la televisión absortos, cuando el programa fue a un corte comercial Arley apago la televisión, horrorizado por las palabras que allí se habían escuchado, el asistente del escritor se giró para mirar al hombre que se encontraba blanco como un papel frente a la ahora apagada televisión.

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