Prólogo

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Una habitación oscura.

Una habitación casi vacía.

¿Casi? Si, casi.

En el centro hay una gran pantalla.

Pero ¿qué hay en aquella pantalla?

Se logra ver una sala en la que hay varios sillones, un gran ventanal, una mesa de madera con bordes de oro y una fogata al fondo.

En uno de los sillones hay una chica sentada leyendo un libro, es probable que sea uno de esos libros de romance oscuro, o uno de aventuras aunque también podría ser un libro de historia aunque la trama del libro no nos interesa a nosotros, la chica sí que lo hace. Su cabello rubio y ondulado le cae hasta por debajo del pecho, tiene la tez blanca y hermosa, unos ojos verdes oliva que parecen estar viajando a través de las páginas con un dulce brillo en ellos.

Alguien entra a la habitación, un chico alto y de cabello muy oscuro, piel clara y ojos azules. Parece enfadado por alguna razón.

-¡Tenemos que irnos! - le dice a la chica, pero esta ni siquiera se molesta en levantar la mirada de su libro - ¡M!

Al ver que no tiene éxito le arrebata rápidamente el libro a la chica.

-¡Oye! - grita - ¡No tienes ningún derecho!

-Yo dije, que debemos irnos.

La ojiverde se cruza de brazos y vuelve a sentarse con los brazos cruzados.

-Pues fíjate que no quiero.

-Si no te estoy preguntando.

-No eres mi madre - se levanta tratando de alcanzar el libro, pero el chico no la deja, alzándolo con el brazo de manera que a ella le es imposible alcanzarlo - ¡Peter!

-¡Emma! - una voz femenina se une a ellos y una chica más entra por la puerta, tiene el cabello castaño oscuro y esponjado, poco debajo de los hombros la piel morena y los ojos marrones, ella también se ve enojada, se detiene justo frente a Emma - La fiesta de año nuevo es pronto y aún no subimos a la nave ¡Parte en 10 minutos!

-¿Por qué tenemos que ir en la misma nave de Diana?

-¡Porque su padre organizó las naves y ella se lo pidió! ahora, puedes continuar leyendo tu libro después, si Gilbora viene...

-¿Si yo qué? - una más entra en escena, esta tiene su cabello teñido en dos colores, lila y plateado, lo lleva a la altura de la clavícula y sus ojos grises como un cielo a punto de diluviar le brillan de rabia.

-Nada - se levanta Emma dirigiéndose a la chica castaña - White, tienes que tranquilizarte un poco, no se irán sin nosotros.

Una chica y un chico cruzan la puerta, la chica mueve su coleta alta y pelirroja, tiene el cabello teñido en el interior de un color turquesa que le hace muy buen juego a su color natural, creando una mezcla bonita de colores en la coleta. Sus ojos son color violeta y de su cuello cuelga un colgante con un dije de corazón.

El chico es bajito, con ojos grises, cabello revoltoso y oscuro, lleva una caja de galletas desempaquetadas que come con bastante rapidez.

-No es por apurarlos, pero la nave saldrá en poco tiempo y a la pobre de Missie le está dando un ataque - dice la chica pelirroja.

-Adri tiene razón - asiente el otro chico - Si no nos apuramos quizá se desmaye.

-¿Alguien ha visto mis...? - un chico mucho más alto que él, con una mata de cabello oscuro y ojos verdes entra y voltea a ver al de ojos grises - ¡¿Xori es en serio?!

Xori esconde rápidamente las galletas detrás de él, apenado.

-Perdón Jack.

-No pasa nada - Jack le resta importancia y grita - ¡Alinole, aquí está todo el mundo!

Alinole, un chico moreno con unas pequeñas pecas y una mata de cabello oscuro y alborotado entra corriendo a la habitación.

-¡Todo el mundo fuera! - exclama - ¡Están por cerrar la puerta!

Como si hubiera activado una bomba, todo el mundo sale corriendo fuera de la sala.

Pero, regresemos a la oscura habitación.

La pantalla se apaga, dejando el área en completa oscuridad y soledad.

O, quizá no tanta soledad.

-¿Iniciamos la operación?

-Solo, espera un poco más.

No tanto más, queridos lectores.

Porque esta bomba está a punto de estallar. 


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Holaaaaaaaaaa!!!!!!!

Me presento, soy Mishell, en este momento tengo CASI 16 años y me gusta leer y escribir todo tipo de historias, cosa que es preocupante porque mi imaginación vuela demasiado peligrosamente para mi edad, pero eso es algo que ya descubrirán más tarde. 

Tengo que pedirles que por favor no me presionen con la publicación de los capítulos, créanme que utilizo el 90% de mi tiempo libre para escribir, pero entre la escuela, mis clases teatrales, el trabajo y el ejercicio apenas tengo tiempo para comer. 

Claro, los capítulos no van a tardar años en publicarse, pero si en algún momento no puedo hacerlo tan frecuentemente será solo un pequeño lapso de tiempo. 

No tengo nada más que decir, así que solo les deseo mucha, mucha suerte. 

Porque la necesitarán. 

Hubo alguna vez un corazón doradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora