LOS PIRATAS DE LA PERLA NEGRA TENÍAN TANTA FE EN QUE HABÍAN GANADO que ni si quiera se molestaron en atar correctamente a sus enemigos, sino que se limitaron a colocarles junto al mástil y rodearles un par de veces con la primera cuerda que encontraron. Y, únicamente por alardear, el capitán Barbossa detuvo su barco a unos metros del Interceptor y lo mantuvo fijo allí mientras observaba —y obligaba a contemplar— cómo el barco de la marina se hundía poco a poco.
—Si alguno se atreve a pensar en la palabra «parlamento» será presa de los tiburones —amenazaba uno de los piratas mientras daba vueltas alrededor de los capturados; uno bajito que constantemente iba acompañado por otro mucho más alto y delgado.
Elizabeth, sabiendo que Will aún permanecía atrapado en el Interceptor, se escabulló por debajo de la soga que los mantenía «presos» y avanzó unos pasos. Para ser sinceros, ni siquiera ella supo porqué lo hizo, pues aproximarse al barco contrario no ayudaría en nada a su amado. Simplemente actuó por impulso, puesto que el más mínimo gesto, aunque fuese inútil, era mejor que permanecer quieta sin hacer nada.
Como si hubiera estado planeado, el Interceptor estalló en pedazos obligando a Elizabeth a detenerse antes de dar un quinto paso. Los piratas no se sorprendieron porque sabían que era evidente que eso sucedería, pues sabían que se había derramado suficiente pólvora de los barriles como para que explotara en cualquier momento. Sin embargo, a Selina y Elizabeth, las dos nobles ajenas a este dato, sí les pilló desprevenidas.
La castaña no había tenido la oportunidad de hacer demasiados amigos a lo largo de su vida, por lo que debía lidiar con un problema: cada vez que alguien le caía bien y el sentimiento era recíproco, comenzaba a sentir un gran cariño por esa persona. Normalmente, en las reuniones sociales a las que era invitada no se encontraba con gente afín a sus gustos, por lo que no solía experimentar este sentimiento muy a menudo. Sin embargo, Will había logrado ganarse parte de su aprecio. No eran amigos porque estaban juntos por un único fin: rescatar a Elizabeth. Ambos sabían que había muchas cosas que se interpondrían en su amistad, como la diferencia social o el hecho de que vivían en países muy alejados entre sí, por lo que ser personas cercanas, desafortunadamente, jamás había estado en sus planes. No obstante, en el momento en el que Selina observó cómo el navío —y, por ende, el muchacho—, estallaban en pedazos, no pudo evitar sentir una terrible tristeza al saber que una persona tan honrada había fallecido de aquella manera. Y, lo peor de todo, era saber que, en otras circunstancias, esta persona habría sido su amigo.
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Entre la espada y el océano | Piratas del Caribe [Jack Sparrow]
FanficJack Sparrow era un pirata y, como tal, tenía claro que su corazón debía pertenecer al mar. Era, además, del tipo de personas que no solían medir las consecuencias de sus actos, por lo que no era extraño encontrarle en medio de situaciones complicad...