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Lauren

- Había pasado las últimas horas tratando de contactar a Camila. La había llamado más de diez veces y estaba segura de que le había mandado cientos de mensajes pero nada parecía funcionar, ¿Pero que podía esperar? La había lastimado, era obvio que reaccionaria de esa forma, eso solo me dejaba con una horrible sensación de dolor en mi pecho. Hice un par de intentos más pero fue en vano, pase mi mano por mi cabello llena de frustración cuando unos segundos después un par de golpes a mi puerta me devolvieron a la realidad.

- Mamá, ¿Dónde...dónde está Camila? - Escuche la voz de mi hija detrás de mí. Me di vuela para encontrarme con el rostro de mi pequeña lleno de preocupación.

- Ella...ahm...bueno ella está en su casa...creo – Respondí. Me preocupaba donde estuviera, no estaba tan segura de que estuviese en su casa pero ¿Dónde más podía estar?

- Pero Normani me dijo que ustedes habían salido juntas – Dijo mi pequeña, haciendo notar su confusion. Tomé a Alexandra en mis brazos para después dejarla sentada sobre mi regazo.

- Si cariño, pero sucedió algo y ella se fue antes a su casa – Respondí, tratando de sonar tranquila.

- ¿Por qué no vino contigo? ¿Va a volver? ¿Le hiciste algo? - Preguntaba.

- ¿Por qué asumes que yo le hice algo? - Pregunté yo ahora.

- En primer lugar las preguntas no se responden con otras preguntas, en segundo lugar...no lo sé pero siento que tú tienes que ver en esto – Declaró, dejándome completamente sorprendida y haciéndome sentir un poco más culpable - ¿Puedo al menos llamarla? - Pidió.

- Supongo que sí, aunque he estado tratando de hablar con ella y no contesta el teléfono – Dije. Alexandra se quedó pensado un par de segundos cuando una sonrisa animada nació en su rostro.

- Le diré a Normani que la llame – Dijo alegremente, saltando de mi regazo para después salir corriendo de mi habitación. Esperaba que al menos mi hija pudiera saber un poco más sobre Camila. 

El resto de la tarde estuve tratando de distraer mi mente con el trabajo que tenía pendiente de la oficina. La mayor parte del tiempo estuve redactando informes y revisando algunos contratos para futuras campañas, pero incluso con todas las montañas de papeleo que me había impuesto nada había sido suficiente para alejar a Camila de mis pensamientos. Iba por mi octavo informe cuando vi a mi hija asomándose tímidamente a través de la puerta de mi oficina. 

- ¿Qué sucede cariño? ¿Pudiste hablar con Camila? - Le pregunté a mi hija.

- Si, hablé con Camila - Afirmó algo desanimada.

- ¿Y? ¿Qué te dijo? – Pregunté.

- Solo me dijo que está bien y no me preocupara por ella, quería hablar con ella más tiempo pero me dijo que no podía porque se sentía mal, le pregunté si estaba enferma y solo me dijo que le dolía el corazón. Mami... ¿Podemos ir por ella para llevarla al médico? No quiero que algo malo le pase - Decía muy angustiada y me estaba odiando por lastimarla de esa manera.

- Cariño, no creo que el médico pueda resolverlo ¿Te dijo si volvía hoy? - Pregunté muy curiosa.

- Dijo que iba a volver mañana cuando tú ya te hayas ido a trabajar - ¡Demonios! Quiere evitarme, aunque honestamente yo también lo haría si fuera ella, después de todo soy la idiota que rompió su corazón.

Only Love (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora