Axel

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Alexander

Cuando Hanna baja la mirada, le digo que no lo haga, ni siquiera ante mí, no quiero que se sienta intimidada ante nadie.

-Yo... yo...-la callo colocando mi dedo índice es sus suaves labios, no quiero que se sienta obligada a darme explicaciones y si lo hace que lo haga porque confía en mí.

-No es necesario que me digas si no quieres-retiro mi toque de sus labios, coloco mis manos en cada mejilla y las acaricio.

-Me estoy arrepintiendo por haber aceptado tu tercera condición-le digo cerca de su rostro, me provoca tanto besarla, ayer fue la última vez que la bese y pareciera que hubiera pasado una eternidad sin haber probado sus labios.

-¿Por qué?-me dice con un poco de nerviosismo.

-Porque me estoy muriendo de las ganas por besarte-respondo viendo sus labios, me acerco un poco más a ella quedando a unos centímetros de su boca, necesito saber si tengo su permiso para besarla.

-Ax... Axel-dice dejándome sorprendido y me alejo un poco de ella.

-¿Axel? ¿Quién es Axel?-digo un poco serio, ¿quién es él?, espero que me aclare la situación o sino tendré que pedirle a James que investigue lo más pronto posible, Hanna solo se ríe y se aleja de mí en dirección a la salida.

-Vamos, te voy a responder cuando estemos cenando-me dice tranquila.

Salgo a su encuentro, el auto ya está listo, me apresuro para abrirle la puerta, me agradece cuando se acomoda en el asiento del copiloto.

Cuando estamos en el restaurante Delicious, el gerente se acerca a decirme que la sala privada ya está lista, asiento y le agradezco.

Entramos y Hanna se queda asombrada por lo que ve «Querida esposa, feliz cumpleaños» dice en letras grandes en los globos con forma de corazón, la decoración está hermosa, perfecta, justo como la quiero.

Se gira hacia mí, observo sus ojos llorosos y me abraza, me toma desprevenido su acción que me toma unos segundos en corresponderle, me abraza como si se aferrará a mí, como si no quisiera que la suelte, como si fuera lo único que tiene, la escucho llorar y la siento temblar en mis brazos.

-Gracias, me había... me había olvidado completamente de mi cumpleaños-dice e intenta alejarse de mí, pero lo impido acercandola mas a mi cuerpo, enrollandola completamente en mis brazos.

-¿Como crees que me iba a olvidar el cumpleaños de mi querida esposa?-le susurro al oido-se que fue ayer pero aun así quise celebrarlo, ademas solo tengo una esposa ¿verdad?-la escucho reir, afrojo mi agarre colocando mis manos en su cintura y ella coloca sus manos sobre mi pecho.

-¿Solo una?, ¿acaso quieres tener más de una esposa?-me dice riéndose pero con un toque de incomodidad en su voz.

-No lo sé, tal vez debería pensarlo, pero eso va a depender de cómo me trate mi querida esposa-se aleja de mi y se va a sentar, se limpia sus lágrimas con el dorso de su mano.

-Creo que ya deberíamos cenar-dice con seriedad ¿le ha incomodado mi broma o que es lo que he hecho mal?.

-Esta bien-le respondo, tomando asiento frente a ella-espero que disfrutes de esta cena-le digo señalando los platillos que están sobre la mesa, en especial los espaguetis, se que es su comida favorita, lo curioso es que a mi no me gustan pero por ella estoy dispuesto hoy a hacer una excepción, no recuerdo la ultima vez que los comi, tuve una horrible experiencia en mi niñez con este platillo, Hanna esta cambiando ciertas cosas de mi sin que se de cuenta, jamas imagine que lo iba a volver a comer.

Los dos comemos en completo silencio, no me mira solo se dedica a saborear sus espaguetis, siento envidia de ese platillo, su atención deberia estar en mi y no en aquel alimento.

-¿Si te gusto la cena?-le pregunto cuando ya hemos terminado casi todo y ahora estoy sirviendo nuestras copas con el mejor vino de la ciudad, dentro de unos minutos van a traer su pastel de cumpleaños.

-Si, ha estado deliciosa-levanta la mirada para responderme.

-Me alegra saberlo, ahora dime ¿Quién es Axel?-digo tranquilo sin que se note mi incomodidad al mencionar ese nombre, no me gusta que piense en otro cuando está conmigo.

-Axel...-el sonido de la puerta abriendose la interrumpe, entran dos señoritas trayendo su pastel, lo dejan en la mesa, les agradezco y se retiran.

-No era necesario hacer esto-me dice levandose de su asiento, observa la dedicatoria del pastel y se ríe, me levanto colocandome a su costado, la abrazo por la espalda, la siento tensarse.

-Hanna Smith, tu querido esposo te desea un feliz cumpleaños-le susurro al oído, las mismas palabras escritas en el pastel de dos pisos.

Ella se voltea y me abraza rodeando con sus brazos mi cuello, correspondo a su abrazo, estamos por varios minutos así, sin necesidad de palabras, en silencio, transmitiendole tranquilidad y seguridad.

-Quiero que nos llevemos bien, que aprendamos a convivir juntos, vamos a estar dos años casados-me dice con tranquilidad, lo último que dijo me causó una punzada en el pecho al saber que no tiene pensado continuar casada conmigo, la alejo de mi rostro un poco para estar frente a ella.

-Claro, es una buena idea-respondo sonriendo-ahora me gustaría que me digas ¿Quién es Axel?-le digo tranquilo.

-Axel eres tú-me dice riendo alejandose de mi, pero la jalo del brazo hacia mi pecho, tan cerca estoy a ella, que si agacho mi cabeza podría besar sus labios y no se cuanto tiempo podre aguantar sin probarlos.

-¿Yo?-digo mirandola a los ojos, ella solo asiente con su mirada fija en mi-¿me podrías explicar por qué me dices Axel?-le pregunto con la respiración un poco acelerada su cercanía no ayuda en nada a mi autocontrol.

-Es que como las cinco iniciales de tu nombre Alexander es Alexa, si lo volteamos la palabra quedaria Axela, pero como eres hombre y no mujer entonces sería Axel-me dice un poco nerviosa desviando la mirada hacia otro lado-o prefieres que te diga ¿Axela?-dice al final riendose, no me causa gracia que me diga un nombre de mujer.

Me acerco mas ella y la acorralo en la mesa, su expresión es de sorpresa no esperaba que me incomodara su broma pero quiero que me vea como un hombre que la quiere, la desea, que anhela todo de ella, se que no debería molestarme sus bromas pero no puedo evitar que me importe lo que Hanna piense de mí, ¿será normal lo que siento?, le preguntaré a alguno de mis amigos, si es común sentirse así estando con la persona que te gusta.

-¿Quieres que te demuestre que realmente soy un hombre?-le digo con voz un poco ronca.

Casada con el hermano de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora