Tercera condición

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Hanna

Cuando estaba por reclamarle a Alexander por su interrupción, suena el celular de Louis, ocasionando que haga silencio, contesta tranquilo pero a los segundos cambia su expresión a preocupación, ¿qué es lo que habrá pasado?, espero que no sea algo grave, termina la llamada y se despide recordándome que tenga en cuenta su último consejo.

Alexander se sienta al frente de mí, me observa mientras almuerzo, ¿como hago para pedirle que me ayude a recuperar mi parte de la mansión?, su mirada no me deja pensar claramente, me hace sentir un poco nerviosa pero logro disimularlo.

-¿Hay algo en mi rostro?-le pregunto cuando ya no soporto su mirada, lo escucho carraspear.

-Si, estaba viendo la pequeña mancha que está en tu comisura labial derecha-apenas escucho su respuesta, me limpio con la servilleta, ¿esa era la razón de mirarme por varios minutos?, debería habérmelo dicho desde el principio y me hubiera ahorrado el haberme hecho sentir muy nerviosa.

-¿Qué es lo que quieres?-le digo seria y sin rodeos.

-Quiero que vivas conmigo, he comprado una mansión para nosotros, eres mi esposa, tu deber es estar a mi lado-sus palabras me hacen sonreír como si fuera un chiste, ¿como cree que vamos a vivir juntos si somos prácticamente desconocidos?. Aunque pensándolo bien, voy a aprovechar esta situación para obtener lo que deseo.

-¿Deber?-rio negando con la cabeza-soy tu esposa si, pero solo porque lo dice un papel, pero si quieres que viva contigo tendrás que aceptar ciertas condiciones-retiro mi plato y me acomodo para observarlo, ¿también se sentiria nervioso si lo observo por varios minutos?.

-Aceptaré lo que quieras-quiero que dejes de hacerme sentir nerviosa es mi primer pensamiento, lo que me causa gracia haciéndome sonreir, ¿en que estoy pensando?.

-Que bien, primero necesito que me ayudes a recuperar mi mansión, segundo es que en estos dos años de matrimonio no quiero que me toques y tercero solo puedes besarme cuando sea realmente necesario como cuando nos encontremos con Damian, podemos hacerlo para dejarle en claro que entre él y yo ya no hay nada-desvio la mirada al recordar que entre Damian y yo ya no hay nada, me duele, me duele mucho saber que tantos años y planes juntos se hicieran añicos en segundos.

-Esta bien, acepto tus condiciones, pero tengo una duda, dices que no tengo que tocarte pero que pasaría en el caso que tu desees que te toque querida esposa-decirme eso hace que me enoje mucho, ¿yo desear que me toque?, claro que no, acepto que cuando me besa termino correspondiéndolo pero eso no significa que quiero que lo haga.

-Eso no pasará, tenlo por seguro-digo enojada y me levanto para irme-me envías por mensaje la dirección donde vamos a vivir, con permiso Sr. Smith-termino de decir y me retiro.

Voy directamente a un centro comercial, necesito ropa, así que voy a diferentes boutiques, por fortuna tengo algunos ahorros guardados, mis padres casi siempre nos daban consejos y uno de ellos fue que siempre debemos tener algún dinero de reserva para casos de emergencia.

Terminó de hacer mis compras, y me compro un helado, me encanta el de sabor de menta, a Valeria también le gusta el mismo sabor, mejor no la pienso porque voy a terminar llorando recordando todo lo que me ha hecho.

-Buenas tardes Sra. Smith ya le compre un departamento, está totalmente amueblado y tiene una muy buena ubicación-me dice por celular Diana, veo la hora y ya son las seis de la tarde.

-Gracias Diana, lamentablemente no lo voy a utilizar por el momento, voy a vivir en la mansión del Sr. Alexander Smith-digo tranquila y la escucho suspirar.

-¿Diana? ¿Estás ahí?-le pregunto ante su silencio.

-Si Sra. Smith, lo siento, me distraje por unos segundos-me dice un poco nerviosa.

Casada con el hermano de mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora