Capítulo 16.

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Algo le estaba haciendo ruido, su madre no tenía la mente para planificar todo este complot contra él, y Viktor solo era un guardia... Un guardia con conexiones, un lobo de familia poderosa, era demasiado bueno para ser verdad.

Su madre siempre tuvo una debilidad por Viktor, el hombre le había salvado una vez de vampiros rebeldes, y desde ahí, la confianza era innegable, sin embargo, a veces era ciega con respecto a algunas cosas que hacía el hombre. Por otro lado, a su padre le daba igual todo, con tal de tener su estatus y sangre fresca, no le importaba nada más.

Le molestaba mucho como eran ellos ahora, soberbios, creídos, ególatras, de todo, el poder se les subió a la cabeza y por eso los evitaba, no los reconocía.

Extrañaba a sus padres de antes que él fuera el príncipe, ahora eran unos desconocidos.

Sin darse cuenta, estando sumergido en sus pensamientos, su guardaespaldas lo había guiado a un pasillo, un pequeño lugar privado, y oscuro. El príncipe parpadeó sorprendido, hasta que vio la mirada preocupada de Jungkook.

─── ¿Qué? ─── preguntó Taehyung, con ese tono de que estaba todo bien pero su guardia lo conocía mejor.

─── ¿Estás bien? ─── respondió Jungkook con otra pregunta, sus manos acunando con suavidad las mejillas sonrojadas del vampiro.

Buscaba la manera de consolarlo, sus orejitas de lobito se movieron inquietas, tratando de buscar quién puso esa mirada perdida en su vampiro. Quería destrozarlo porque nadie tenía el derecho a ponerlo mal.

Era una buena cosa que los vampiros no eran para nada como los describen en series, libros o películas. Eran todo lo contrario, lo único en lo que concordaban era en que se alimentaban de sangre y solamente de sangre. ¿Lo del ajo? mentiras. ¿Lo de la luz de sol? solo quemaduras leves. ¿Lo de tener poderes? Pf, además de la velocidad y superfuerza, ser vampiro era muy aburrido.

Y la ventaja (pero esto los vampiros lo negaban con fuerza), era que podían sonrojarse de esta bonita manera, justo como su príncipe tenía su rostro ahora mismo, sus mejillas tenían ese ligero toque de rojo, era completamente hermoso.

─── Sí, claro. ─── mintió Taehyung, encogiéndose de hombros, usando ese tonito de chico mimado y orgulloso.

Uno que usaba demasiado con Jungkook, con esa voz podía hacer que el lobo hiciera lo que quisiera, porque era demasiado débil por esa voz tan linda. Además le ponía esos ojitos, y joder, solo quería complacerlo.

─── ¿Qué está mal? ─── Preguntó Jungkook, sabía que algo andaba mal.

Tenía buena intuición, y sabía que Taehyung no soltaría lo que le estaba molestando tan fácilmente. Así que, se inclinó hasta que su cuerpo cubrió en su totalidad el cuerpo ajeno, escondiéndolo para cualquiera que por ahí pasara porque era un momento íntimo, además, Taehyung mostraba una parte de él que solo era para sus ojos.

─── Dime, bebé. ─── Murmuró, sus labios rozando la mejilla del vampiro al hablar, y luego de eso, dejó caer un dulce beso, y luego otro antes de decir───: dime qué está mal. ─── su voz era baja, ronca, la hacía así a propósito, sabiendo cómo se ponía su vampiro.

El cual no lo miraba, estaba evadiendo su mirada, aw, cosita bonita.

─── No, no, mírame. ─── Dijo. posando dos dedos bajo el mentón de Taehyung para alzar su cabeza, y así, enfrentar sus miradas.

Sus respiraciones se entrelazaron, sus corazones latieron como uno solo, por un momento se quedaron ahí, mirándose por la eternidad. Bebiendo el hermoso rostro del otro, una momento íntimo y diferente a sus encuentros pasados, había algo entre ellos, algo poderoso estaba pasando.

─── Esto es hacer trampa. ─── Dijo Taehyung, haciendo un adorable puchero, un hombre de cientos años de edad, usando esa arma letal, como si con eso, Jungkook fuera a olvidar todo lo demás.

Ja, Jeon Jungkook fue entrenado por los mejores... pero incluso con ese entrenamiento nadie le preparó para Kim Taehyung.

─── No lo estoy haciendo. ─── Dijo Jungkook, ahora besando la otra mejilla, unos cuantos besitos más.─── Dime.

Era tan natural para ellos comportarse así.

─── Uhm, me duele un poco lo que está pasando, sabía que mis padres sentían envidia de mí. ¡Y no pongas esa cara! ellos... ellos no fueron siempre así. Realmente eran buenos padres antes de que yo... antes de que yo fuera príncipe, pero luego de eso, con el pasar del tiempo, cambiaron, y ahora esto. ─── suspiró Taehyung, su mano deslizándose entre el cabello de su guardaespaldas, acariciando de manera uniforme y casi entretenida.─── Pero aún así, no creo que sean ellos las causas de los últimos atentados contra mi vida en los últimos años.

Soltó Taehyung, sintiéndose muy bien, sabía que Jungkook jamás los juzgaría, este lobito desde que se conocieron, lo había visto como ningún otro.

Realmente fueron creados uno para el otro.

─── ¿los quieres?

A Jungkook le preocupaba que los padres de su vampiro sí estuvieran involucrados de alguna manera, podía ver que Taehyung los apreciaba a pesar de todo.

─── Son mis padres, ¿no debemos hacer eso? ─── Susurró Taehyung, su voz pequeña, su mirada volvió a bajar, sintiéndose avergonzado.

Jungkook sospechaba que había mucho más por contar en esa relación, pero tampoco iba a ahogar a su vampiro con eso. Tenían cosas importantes en qué enfocarse.

─── Recuerda que soy tu guardaespaldas, incluso tus padres tendrán que pasar por encima de mí para llegar a ti. ─── Aseguró Jungkook, su voz honesta y gruñona.

Sus manos acunaron las mejillas del vampiro con suavidad, acercó sus rostro para que sus labios se entrelazaron con los ajenos en un beso dulce y poderoso. Cargado de promesas, adoración y esa pizca de amor que ninguno estaba aceptando por ahora.

Taehyung se aferró al lobo, nunca fue bueno dandole cara a sus padres, se sentía pequeño a su alrededor, incluso siendo el príncipe de los vampiros, no podía sentirse como un niño con ellos. Al menos ahora tenía a su lobo.

No tardaron mucho en llegar al ala donde estaban sus padres, no estaban detenidos, podía ir y venir pero ahora, con guardias que Sascha escogió personalmente.

Tomó una profunda y larga respiración, la sangre de su lobo bombeando todo su cuerpo, se había adueñado de él de una manera perfecta, no quería probar sangre de nadie más, y le reconfortaba que tenía a Jungkook junto a él. El lobo podría ser joven pero era muy seguro y maduro para su edad.

Sus nervios estaban a flor de piel hasta que Jungkook posó su mano en su espalda, subiendo y bajando, mostrándole que estaba aquí, con él, y eso le reconfortó demasiado. Así que, alzó su mentón porque era el jodido príncipe de los vampiros, maldita sea.

La gente dentro de la enorme sala lo esperaban como el príncipe, no como el hijo de, y se iba a portar de esa manera.

La gente dentro de la enorme sala lo esperaban como el príncipe, no como el hijo de, y se iba a portar de esa manera

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De Rodillas Por Tu Sangre | Kookv.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora