𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 - Severus Snape

22. La mujer de Severus Snape

CAPITULO 22

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⚠️ADVERTENCIA⚠️: Contenido erótico explícito, leer bajo su propio criterio.🔞

1993
Londres, Inglaterra
Residencia de Snape

(Narra Alice)

Iba a suceder, lo que para mi, quedó como un deseo escondido en lo profundo de mi ser a lo largo de estos años, iba a suceder.

Sería la mujer de Severus Snape completamente, o al menos me sentiría como tal por una noche.

Al llegar a la habitación de Severus pude visualizar un ambiente solitario y frío, pero elegante. No tenía lujos a pesar de que su fortuna era decente como para vivir de manera acomodada, él prefería conservar lo austero y sencillo de su antiguo hogar. Sus muebles eran de madera oscura al igual que los de la sala, había más libreros, un armario, una puerta de fondo que supuse que sería el baño, y finalmente, su cama.

Una cama de tamaño matrimonial con sábanas blancas y mantas oscuras. La habitación emanaba la tranquilidad que íbamos a necesitar.

Sus brazos me sujetaban con cuidado y finalmente me recostó en la cama. Aterrice en el colchón suave y sentí el frío de las sábanas tocar mi espalda.

- Ven aquí, por favor - le pedí casi en suplica por sentirlo de nuevo apoderándose de mi.

El obedeció de inmediato posicionándose de nuevo sobre mi juntando nuestros labios. Con mis manos, desabroché su capa oscura que siempre portaba dejándola caer apresuradamente en el suelo y después baje a los botones de su camisa.

- Espera - me detuvo de golpe tomando mi mano. - Mi cuerpo no es atlético o tonificado como el de los magos jóvenes con los que has tratado o visto, espero no decepcionarte - dijo en un tono bajo.

- Eres perfecto como eres, siempre lo has sido para mi, de hecho, nunca he pensado que alguien te llegue a los talones si quiera Sev, no hay nadie mejor que tú -

Mis palabras parecieron calmar su inseguridad, pues depositó un suave beso en mi mano y después continúo con lo que hacíamos.

Sus manos descendieron hacia mi y comenzó a bajar mi vestido en movimientos lentos pero decididos. Noté su respiracion que poco a poco se aceleraba, pero a la vez cuidaba sus movimientos.

- Eres como una flor, pequeña, dulce y frágil, tengo que tratarte como tal, con esos cuidados - dijo mientras me dejaba en ropa interior frente a él.
- Sev yo... -
- No te cubras, eres más que perfecta -

Sus besos comenzaron por mi abdomen hasta descender por mis muslos, pantorrillas, rodillas y finalmente llegó a mí intimidad. 

- Sev - me tensé cuando sentí su aliento en esa zona.
- Tranquila, debo prepararte, necesito que estés tranquila, ¿está bien? -

Suspiré algo asustada, eran nervios de estar con el hombre que he amado toda la vida.

- Está bien -
- Confía en mi, disfruta, tu satisfacción es mi prioridad -