2. El primer paso a Hogwarts

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CAPITULO 2

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(Narrador Omnisciente)

1975
Estación de Trenes, Inglaterra

La semana que restaba para emprender el camino a Hogwarts de Alice se terminó y ahora se encontraba caminando con su equipaje y útiles escolares en un carrito que empujaba hacia la plataforma para abordar el mágico tren.

Las personas iban y venían apuradas hacia sus terminales para abordar y otras preguntaban a los oficiales de seguridad por alguna en especial.

En el caso de la pelinegra chica, caminaba al lado de sus padres hacia su destino en silencio, su gato Sam iba en una pequeña transportadora para gatos sobre el equipaje en el carrito.

- Si no me equivoco, es aquí. - anunció la señora Amelya Bardot señalando la famosa pared donde los magos atravesaban para llegar al tren de Hogwarts.

- ¿Estás segura de eso madre? - respondió Alice.

- Claro que sí, solo los muggles son incapaces de reconocer la entrada a la plataforma 9 ¾, ahora que estás frente a ella es hora que te vayas. -

- Date prisa Alice, no pierdas tiempo en absurdas despedidas, te veremos a fin de curso. - mencionó el señor Adam Bardot.

Alice tomó aire para tomar su carrito y avanzar dispuesta a atravesar el muro de piedra hasta que una mano grande y firme la tomó por el hombro deteniéndola de golpe. Al girar la vista pudo observar por última vez los ojos negros y penetrantes de su padre intimidándola, se sentía tan pequeña ante él.

- Te lo advierto Alice, está es la última oportunidad que te doy para concluir tus últimos años de estudios en Hogwarts, tus quejas no me serán en absoluto relevantes, no quiero errores y mucho menos escándalos, evítame la pena de presentarte como la siguiente vergüenza la familia Bardot. - sentenció el señor Adam a su hija soltándola después de sostenerle la mirada.

- Te prometo que no tendrás ninguna queja de mi parte padre. - contestó la muchachita temerosa.

- Bien, ahora vete. Tengo una reunión importante en unos minutos y estoy perdiendo el tiempo aquí. - dijo indiferente y molesto el señor Bardot.

- Si, adiós...- se despidió la chica dando media vuelta y caminando.

. . .

(Narra Alice)

Ahí quedó la ultima sentencia de mi padre antes de partir, hubiera sido extraño no haberla recibido, pero la única respuesta que pude sacar fue una que ni siquiera pensé, fue la que el miedo y la vergüenza me hizo decir.

En el fondo se sentía como una puñalada al corazón por no ser ni siquiera merecedora de un abrazo o una mínima muestra de afecto por parte de mis padres para desearme suerte en mi nueva escuela.

"Te amamos mi niña, lograrás todo lo que te propongas, demuéstrales que eres una Bardot, una de las mas grandes brujas de la época, no olvides que tus padres te amamos"

Esa pequeña y sencilla frase se repetía en mi imaginación, me hubiera encantado escucharla salir de la boca de mis padres, pero eso no pasaría ni en un millón de años.

. . .

Lo siguiente que me tocó hacer es buscar un espacio vacío y por suerte lo encontré, perfecto para acomodar a mi gato junto a mí.

𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 - Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora