33. El aprendiz

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CAPITULO 33

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1995
Castillo de Hogwarts

(Narra Alice)

Lucius Malfoy no acostumbraba hacer visitas al castillo por nada salvo que la situación tuviera que ver con su hijo. Por ello me extrañaba que específicamente pidiera verme. Draco, esperaba mi respuesta ante su anuncio y yo seguía controlando mi ansiedad del momento anterior con Dolores.

- Escribió una carta pidiéndome que le informara que quiere verla fuera del castillo. - dijo el chico rubio.

- De acuerdo, iré de inmediato a encontrarme con él. - sonreí al muchacho y este se acercó a mi.

- Puedo acompañarla si gusta. Mi familia la aprecia mucho y no me permitiría dejarla sola en este estado. -

Su actitud de preocupación hacia mi fue muy inesperada, él nunca se había sentido con la confianza de acercarse y no entendía por qué sus padres me querían tanto. Creo que ahora le habían explicado todo conforme el muchacho fue creciendo.

- Es usted muy amable señor Malfoy. Apreciaré su compañía todo el camino.  - dije sonriéndole amable.

Ambos fuimos caminando hacia la salida del castillo, atravesamos pasillos y demás caminos para llegar al destino. Durante todo el trayecto, nuestra plática fue amena, reímos, le conté anécdotas y fue agradable. Me sentí como su madre, Narcissa siempre ha dejado en mis manos su protección y bienestar y ahora entendía que el joven Malfoy era un niño digno de mi admiración y afecto.

Llegó un punto del recorrido donde lo detuve.

- Gracias por la compañía Draco, pero a partir de aquí continuaré sola. Tú padre debe estar cerca y no debes faltar a tus clases. - dije sonriéndole.

- Cómo usted diga, la clase es con el profesor Snape. -

- Con mayor razón usted no puede faltar. No querrá hacer enojar a su padrino. - le acomodé su túnica de Slytherin para que fuera impecable a su clase. - Gracias, ten lindo día Draco. -

El sonrió con un ligero sonrojo en su rostro y finalmente dio media vuelta regresando al castillo dejándome sola.
Salí avanzando paso a paso adentrandome en las afueras de los terrenos de Hogwarts, hacia un clima tranquilo y se sentía un frío abrazante. Llevaba puesto un vestido con una túnica de color negro y caminaba admirando todo el paisaje hasta que noté un carruaje oscuro llegando hasta mi encuentro. De ahí, se asomó Lucius Malfoy con una sonrisa egocéntrica.

- Finalmente llega Bardot. Una mujer tan bella no puede ir sola por el camino. - dijo abriendo la puerta en un tono seductor y burlonezco como solía hacerlo conmigo desde que nos conocíamos.

Yo sonreí evitando carcajearme en ese momento.

- ¿Qué es esto, el sigo XIX?, incluso el señor Malfoy viene a buscarme con carruaje. Que elegante. - dije sonriente.

- Me fueron heredados hace mucho, es una lástima que estén sin usar, sube. Esta vez no usaremos la magia para llegar a la mansión. - me invitó mi rubio amigo brindándome el apoyo de su mano cubierta con un elegante guante de cuero negro.

Subí tomando su mano al dichoso vehículo y partimos a la mansión Malfoy.

- Eres muy importante en esta familia Alice, creo que debemos retomar nuestra antigua amistad, la perdimos por muchos años y las cosas no son como antes. -

𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 - Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora