32. El ministerio en Hogwarts

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CAPITULO 32

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1995
Castillo de Hogwarts
Oficina de Dumbledore

(Narra Severus)

El día estaba más nublado que de costumbre, se podía respirar el aroma del peligro, el miedo y la muerte en el aire, además el silencio que reinaba en el castillo alimentaba ese ambiente tenso.

Volví de mi escapada a Nueva York para ver a Alice más rápido que nunca. El muchacho Potter se había metido en problemas con el ministerio y Albus solicitó mi presencia con urgencia para discutir como podríamos resolverlo.

"¿Cómo pudo ser tan estúpido?" - me repetía eso cada vez para mi mismo. Y ahora todos estaban volviéndose locos con lo que afirmaba. Yo sabía de antemano que era cierto, Lord Voldemort volvió con fuerza y estábamos preparando su ataque al castillo. La muerte para todos estaba a nuestras espaldas.

Por ahora, y con todas esas ideas revueltas en mi cabeza, Albus, Minerva y yo discutíamos en su oficina el problema de Potter, pues el ministerio iba a llevarlo a juicio por la infracción que cometió a las leyes mágicas.

- ¿De qué lo están acusando? - preguntó Minerva con cierta alteración en su voz.

- Falso testimonio y uso prohibido de la magia en presencia de muggles. Harry Potter está metidos en serios problemas. - contestó Albus.

- ¡Debemos pedir ayuda, tenemos que aclarar la situación! - volvió a decir Minerva.

- Convocaremos a la Órden, haremos que protegan a Harry. Tendrá que ir a juicio inevitablemente, al igual que yo...-

Yo únicamente me dediqué a escucharlos, no sabía que aportar. Tendría que apoyar entre los miembros de la Orden del Fénix, ya que yo también era parte de ellos. Iba a hacer todo lo que Albus me pidiera para que Potter salga librado de esto.

- Severus, avisa a los miembros de la orden, que se reúnan y que de aseguren de llevarse a Harry con ellos, deben explicarle todo. -

Yo asentí con seriedad.

- Bien, debemos sacarlo de este lío. Aunque eso implique que el ministerio esté tras de nosotros todo el tiempo. - dijo con tristeza y cierta preocupación el anciano. - Gracias por venir Minerva y Severus, pueden retirarse. -

Minerva dió media vuelta y salió de la oficina de Albus, dejándonos a ambos solos.

- Severus, se acerca el momento...- dijo de pronto.

- No se preocupe, resolveremos esto y lo que sea necesario. - expresé en un intento de brindarle un consuelo.

- ¿Hablaste con Alice, hijo? - preguntó.

- Posiblemente, ya haya visto los periódicos. Conociendo a esa mujer, ya estará camino acá. - dije.

El anciano me brindó una sonrisa débil acompañada de un suspiro profundo de nostalgia y después comenzó a reír levemente.

- Mi tiempo cada vez es mas corto Severus. Prométeme que vas a cuidarla, prométeme que no vas a volver a alejarte de ella cuando ya no esté para verlos. Prométeme que serás feliz Severus. - dijo.

Sus palabras me tomaron por sorpresa. Claro que sentí una sensación de melancolía en mi interior. Él fué como un padre en mi vida y eso siempre lo tendré presente, iba a proteger a Alice con mi vida si es necesario.
Por más que quise responderle, no encontré las palabras adecuadas para expresarle todo mi sentir. Sólo me acerqué a tocar sus hombros en consuelo y mirarlo con mi misma expresión de siempre.

𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 - Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora