𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 - Severus Snape

27. Fuego de Dragón

CAPITULO 27

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1994
Mazmorras

(Narra Severus)
Tuve la suerte de que Alice vino a advertirme sobre lo que Potter tramaba, así pude tomar aliento para responder.

Me quedé quieto unos segundos, mirándolo fijamente a los ojos, intimidandolo hasta que me digné en hablar.

- ¿Por qué piensa eso Potter? - pregunté.

- No lo sé señor, algo en ella es extraño, quiero decir, es hermosa, inteligente, educada y muy amable. Pero, cuando estuve en el torneo y los mortifagos atacaron, vi a una mujer que tenía unos ojos tan característicos como los de ella. Me atrevería a decir que eran idénticos a los suyos. Quiero saber... -

Ahí lo interrumpi de golpe.

- ¿Y que te hace pensar que yo sé si la profesora lo es o no. No sé nada de su vida y no me importa saberlo - dije con desprecio y profundidad en mi voz.

- Por eso mismo señor, tengo entendido que ustedes se odian, estoy seguro que la conoce por lo menos un poco. -

Lo seguía mirando con furia en el rostro y el comenzaba a incomodarse aún más.

- No sé nada sobre esa mujer. Cuando tengas mejores pruebas que una... intuición, te escucharé. Mientras, largo de aquí. -

- Profesor. - insistió el chico. - Estoy seguro que usted en el fondo quiere decirme la verdad. Usted sabe más de lo que dice.

- Eso no es de su incumbencia. - Estaba cansandome y me acerqué amenazante a su rostro intimidandolo. - Eres igual que tu padre, entrometido a más no poder, incapaces de aceptar un no por respuesta e incrédulos. -

- Mi padre... -

- Si, el arrogante de tu padre, quien diría que eres su viva imagen. Ahora, antes de que me haga perder aún más la paciencia. Le pido que se vaya de aquí y me deje en paz Potter. Largo. -

El muchacho al final se rindió. Claro que no iba a decir nada de información, esto era de uso confidencial y sólo muy pocas personas sabían lo que realmente somos. No será fácil que lo entiendan entonces no deben saberlo pronto. Debía hablar con Albus al respecto, así que abrí la puerta minutos después de que Potter saliera de mi salón y me dirigí a buscar al director.

. . .

- Severus por favor, cálmate - me dijo Albus sentado en su silla al centro de la oficina.

- Está descubriendo poco a poco todo. Usted sabe que no podemos permitir que eso pase, Alice no debío de exponerse de esa forma. - dije frustrado dando vueltas por la oficina.

- Es verdad, esa chica cometió un error al mostrarse así. Pero, tu lo sabes más que nadie. No tuvo elección al igual que tú, hijo. -

- Yo si la tuve, y elegí meterme en esto por mi cuenta - contesté.

- Conozco esa historia, pero este día tarde o temprano iba a llegar Severus. El muchacho está creciendo. Su mente comienza a asimilar muchas cosas que antes no entendía, es aceptable que comience a investigar sobre las personas que lo rodean. Así era su madre. -

Ahí me quedé quieto, el tiempo pareció detenerse unos segundos hasta que reaccioné.

- Ese no es el punto. Todavía no debe sospechar nada, no está en edad de saber quiénes somos y todo lo que hemos hecho. Se daría cuenta que esta rodeado de monstruos. - dije algo irritado.