20. Fin del Tercer Año

1K 100 6
                                    

CAPITULO 20

~

1993
Enfermería

(Narra Alice)
Todo en mi cabeza daba vueltas, desperte y estaba en otro lugar extraño, estaba oscuro y frío, sentía tanto frío que incluso humeaba por mi boca. Me encontraba de pie en un lugar sin fondo, solo oscuridad y silencio.
¿Estaba soñando?, ¿Dónde me encontraba?.

- ¿Hola?, ¿Alguien? - dije y mi voz sonó con eco.

El frío me hizo tiritar y no tuve otra mejor idea que avanzar aunque no sabía muy bien a donde.
Mientras avanzaba escuché un siseo que me hizo voltear de inmediato. No había nada detrás mío, ni al frente, ni a los lados, simplemente nada ni nadie.

- Por favor, alguien ayúdeme...-

El eco resonó otra vez y la desesperación me invadio, no entendía nada de lo que estaba pasando así que decidí avanzar más rápido buscando inútilmente una salida o un rayo de luz que me guiara.

Pero mi esperanza se vio interrumpida por un fuerte ardor en mi brazo derecho, me hizo doblarme y detenerme en seco. Descubrí el brazo y estaba mi marca ardiendo como si se incendiara mi piel.

- No no no... - entré en pánico y comencé a correr.
No iba a ninguna parte, sólo era un lugar sin final, pérdida y confundida.

- Alice...- dijo una voz que reconocí de inmediato. Voldemort.

- ¡No, no puede estar vivo! -

- Mi querida niña, estoy cada vez más cerca, ansioso de verlos, de verte... -

- No debe volver -

- Pronto estaremos viéndonos, pronto veré tus hermosos ojos verdes que tanto extrañé -

Con cada cosa perversa y malvada que me decía, comencé a correr, pues su voz se hacía más fuerte como si estuviera detrás de mi. Hasta que en un punto, me detuve y caí de rodillas desesperada, el dolor de mi brazo, la confusión y el miedo hicieron de mi un desastre que soltaba lágrimas en el piso.

- Ayúdenme...-

Lloraba y lloraba sin parar, tal vez estaba muerta y aquí debía pasar la eternidad por volverme una mortifaga y por todas las cosas malas que hice, este era mi castigo.

- Alice...- dijo una voz profunda.

Volteé de inmediato, no era la misma voz que escuché antes, era una voz familiar, profunda y ronca.

- Alice...aquí estoy -

Era Severus, me hablaba pero no lo veía por ninguna parte.

- ¡Sev! -

- Despierta -

- ¡Sev, ayúdame! -

- Alice -

- ¡Mi amor! -

Abrí los ojos de golpe volviendo a él mundo real, mi respiración estaba muy agitada y sentía un sudor frío en mi cuerpo. Estaba en una cama, pude reconocer que era la enfermería y que era de mañana, pues el rayo del Sol me iluminaba los pies.

𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 - Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora