34. El comienzo de un hogar

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CAPITULO 34

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1995
Jardines del castillo

(Narrador Omnisciente)

Las sorpresas no paraban en ningún lugar, a veces, no siempre se buscan o se encuentran en un primer momento. Puede que un hecho sea tan esperado por los demás como para pasar desapercibido. Pero también, podria ser una escena completamente inesperada.
Y esa era la escena que se postraba ante los ojos del grupo de chicos que se ocultaban de la vista de sus dos profesores delante de ellos.

Severus Snape y Alice Bardot.

- Hermione, ¡no me dejas ver! - dijo en un susurro quejándose el pelirrojo.

- Shhh, ¡Ron, te van a oír! - se quejó Granger.

- Quién lo diría. Ya decía yo que nos engañaban todo el tiempo. - dijo uno de los gemelos Weasley burlón.

- Tu lo has dicho hermano, estos dos lo tenían bien escondido. Parece que nuestro encanto no fue suficiente para atraerla George. -

- Que mala suerte tenemos Fred.-

Los chicos observaban asombrados a la pareja de magos muy de cerca y vieron el gesto que el mago tuvo con la bruja. Había sacado un anillo para dárselo.

- No puede ser...- dijo Hermione en un tono de voz casi imperceptible.

- ¿Ellos dos, juntos? - pronunció Harry.

- Oh si. - dijeron los gemelos Weasley al unísono.

- La profesora Alice es muy linda, ¿Cómo puede fijarse en alguien tan temible como el profesor Snape? - se preguntaba Neville Longbotton.

Los magos estaban tan concentrados en su momento que no notaban la presencia de aquellos chicos espías.
Lo que decían era apenas perceptible para ellos.

- Por favor Alice. Dime algo, tu silencio está matándome mujer. - pidió Severus con una voz calmada pero que incluía un tono de súplica y desesperación.

Alice por su parte seguía en shock. Mirando aquel hermoso anillo que Severus sostenía en sus dedos para ella.

- Sev, hemos cargado muchas responsabilidades por muchos años. Hemos pasado por tanto sin merecerlo ni buscarlo. Inicié en esta vida sola sin conocer lo que era el amor, y desde que te conocí en aquella época, todo lo malo que he vivido se ha esfumado. - la mujer comenzó a reírse bajamente mientras sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas. - Tú, Severus Snape, eres el hombre más terco y arrogante que he conocido. Y el más infame por haber tardado tanto en pedírmelo. Pero eres lo que más adoro en esta vida, que aunque ha sido siempre gris y oscura, el amor que siento por ti la ha llenado de colores. Claro que quiero casarme contigo murciélago. -

Sus lágrimas finalmente salieron de sus ojos mojando sus mejillas.
Snape cambio completamente su expresión a una más relajada, pues la tensión que la chica le provocó por su silencio fue inmensa.
Finalmente le colocó con delicadeza el anillo en sus dedos forjando así su compromiso.

 Finalmente le colocó con delicadeza el anillo en sus dedos forjando así su compromiso

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𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 - Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora