37. El Ejército de Dumbledore

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CAPITULO 37

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1995
Habitación de la profesora Alice

(Narra Alice)

Los primeros rayos del Sol entraron por el ventanal de mi cuarto iluminando por completo la habitación.

Aún no podía abrir mis ojos del todo, sólo sentía un peso detrás de mi espalda que me envolvía con sus grandes brazos. Sonreí al recordar quién me abrazaba pero de pronto la sensación se volvió fría y lugubre, sentí una mano helada y extremadamente delgada acariciar mi hombro y bajar a mis senos.

Esa sensación me hizo abrir los ojos de golpe y despegar mi cabeza de la almohada en un movimiento brusco y rápido, mi respiración comenzó a agitarse en un instante y pude vislumbrar que todo era parte de una ilusión. Vi a mi Severus dormido a mi lado de la cama en un profundo sueño.

Su expresión al dormir se asemejaba a la de un León, aún estando dormido no quitaba ese rostro serio y con las cejas encorvadas hacia dentro pareciendo que fruncía el ceño. Como si en cualquier momento de peligro el podría despertar en un segundo para defenderse.

Me tranquilice de que la sensación horrible que ahora sentía el dormir fuera una ilusión y me acerqué a Severus para acariciar su cabello negro que le cubría parte de la cara.
Sonreí y suspiré recuperando poco a poco la calma. Miré el reloj y era hora de empezar el día, incluso estabamos unos minutos retrasados, de nuevo, me acerqué a mi prometido para despertarlo.

- Sev... querido, despierta...- dije en un tono dulce y bajo mientras depositaba pequeños besos en su mejilla. - Anda, es hora de irnos.-

Conseguí que se moviera un poco quejándose de que su sueño fuera interrumpido, pero parecía disfrutar mis besos.
Con una voz ronca y profunda que sonaba tremendamente sensual habló.

- Alice, dame cinco minutos más. - expresó quejumbroso.

- No, no es posible. Arriba murciélago hay trabajo que hacer. - dije mientras continuaba con los besos por su rostro hasta llegar a sus labios.

Él los correspondía pero seguía sin poder despertar del todo.
Finalmente abrió sus ojos oscuros y me miró fijamente.

- Buenos días pequeña. Ya estoy despierto, no es necesario que luches más para interrumpir mi preciado sueño. - dijo todavía quejándose.

- Finalmente, estoy segura que tú llevas mejor a cabo la hibernación que un oso Severus. - dije burlona levantándome de la cama para dirigirme al baño y darme una ducha.

Me desnudé en el camino frente a él y mi plan funcionó de tentación para él.
Sus ojos que antes estaban entreabiertos y distraidos por el sueño de clavaron en mi cuerpo desnudo.

- Ven aquí...- expresé en un tono coqueto atrayendolo con mi dedo.

- Vamos a comenzar bien este día. - dijo mientras avanzaba con velocidad al baño junto a mi y desnudandose.

🔞⚠️

Cuando por fin me alcanzó, cerró la puerta y me acorraló contra la pared mientras atrapaba mis labios en un intenso y desesperado beso lleno de deseo. Severus tomó mis caderas para guiarme hacia dentro de la ducha sin dejar de besarnos de la manera en que lo hacíamos en el camino golpeamos varias cosas pero por fin llegamos.

El se separó un momento para abrir el grifo y dejar salir el agua tibia y por fin entrar los dos, sus manos acariciaban cada centímetro de mi cuerpo desnudo y húmedo mientras el agua nos caía y humedecía la piel, la sensación era maravillosa.
Yo envolví mis brazos en su cuello para pegarme a él y moverme lentamente contra su erección que comenzó a chocar contra mi bajo vientre. Sonreí y lo mire a los ojos a centímetros de sus labios.

𝐇𝐈𝐉𝐎𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐈𝐃𝐀𝐃 - Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora