MATE [VegasPete] • Español

9. Night Talk

Capítulo 9: Charla nocturna

PETE POV

—Respira profundo, sostenlo... exhala.

Escucho la voz de Kru Jom, mi maestro de meditación, continúa dándome instrucciones. Esta es de hecho, nuestra cuarta sesión en lo que va del mes. De todas formas, parece que aún hay muchas cosas que no puedo entender, incluido el mismísimo propósito de meditar. ¡No tengo idea de por qué se hace!

—¿En dónde estas ahora, Pete? —me pregunta.

Casi respondo que estoy en el patio trasero de la mansión de Vegas –porque es literalmente en donde estoy–, si tan solo no hubiera sentido como de repente todo me empieza a dar vueltas y aun con mis ojos cerrados puedo ver con claridad en donde me encuentro ahora mismo.

El bosque con el que soñé aquella vez.

—En el bosque, Kru —respondo.

—¿Cómo es el bosque?

—Los árboles son altos, peor la luz del sol sigue viéndose con claridad, el césped es próspero y muy basto —describo con detalle lo que veo.

—¿Alguna vez has estado ahí?

—Sí —comento —Uhh, no. En realidad, fue solamente en un sueño —mis ojos permanecen cerrados mientras respondo a las preguntas de Kru Jom.

—No era un sueño, hijo mío —de pronto siento a Kru Jom sosteniendo la parte superior de mi cabeza —¿Puedes caminar ahí? Inténtalo. 

Y yo obedezco, intento caminar con lentitud, un paso, dos pasos, y los siguientes los doy con normalidad. Vaya... siento como si estuviera en algún videojuego de realidad virtual, ¡genial!

—¿En dónde estás ahora?

—No lo sé —confieso —pero quiero continuar hacia allá. Avanzar hacia allá.

—Solamente sigue a tu corazón. Paso a paso.

Asiento, y aún con mis ojos cerrados puedo sentir a Kru Jom reiteradas veces dando palmaditas en la parte superior de mi cabeza repetidamente.

—Mientras caminas, asegúrate de que puedas sentir mi mano sobre tu cabeza, Pete. Si de repente dejas de sentir mi tacto, grita de inmediato.

Balbuceo en respuesta, sin dejar de caminar.

Las condiciones del bosque siguen siendo las mismas que vi en mis sueños aquella vez.

Sigue siendo silencioso, y solo pueden escucharse grillos y agua corriendo. Doy un vistazo alrededor un par de veces, quizá intentando encontrar al Lobo de Vegas tal como la otra vez, pero en esta ocasión no hay nada, no puedo encontrarlo.

No me he dado cuenta de cuanto he caminado, claramente todavía siguiendo mi intuición, e intentando mantener la concentración mientras siento la mano de Kru Jom sobre mi cabeza.

—Kru... —le llamo.

—Sí, ¿Pete? ¿Qué es lo que ves?

—Una lanza —respondo, vacilante.

Sin embargo trato de acercarme, al ver la lanza atrapada gallardamente en una roca enorme, como si la roca fuera su trono.