MATE [VegasPete] • Español

34. Farewell

Capítulo 34: Despedida

—Joven Pete, las cicatrices han empezado a desaparecer.

Pete se volvió hacia Nont, quien se encontraba ayudándole a frotar su espalda, sonriendo débilmente.

—Dejaré que las cicatrices desaparezcan, por algo más ha vuelto. —murmuró.

Y aunque Pete sabía que Nont no comprendía a lo que se refería, el Futuro Gran Omega continuaba sonriendo, incluso más. Su mano se dirigió hacia su pecho, confirmando que la otra parte de sí mismo que habitaba dentro de él en verdad era real. Que había regresado por completo.

¿Cuántas veces lo has preguntado? En verdad he regresado ¡idiota!

Y esa era la primera vez que Pete se sentía tan feliz de escuchar las palabras de Val en aquel tono tan severo.

Su Val, realmente había regresado.

Un par de días atrás, de repente soñó que se encontraba con un lobo blanco de ojos azules. Pete lo había ignorado inicialmente, creyendo que se trataba de un sueño cualquiera. Además, el lobo de ojos azules le resultaba un tanto desconocido a Pete. Extraño pero familiar al mismo tiempo.

Fue hasta que Lune también apareció de pronto en sus sueños, lanzándose hacia el lobo de ojos azules, provocando que ambos terminaran corriendo alrededor del otro felizmente y lamiéndose, que Pete se dio cuanta. Era Val.

Eso hizo que Pete corriera de inmediato hacia ellos, queriendo unirse a aquella celebración, pero terminó despertando de repente. Y con un corazón acelerado a toda prisa, Pete se percató de que aquel vacío dentro de él, había sido llenado de nuevo. Y su cerebro pensó en Vegas de inmediato, que Vegas –y Mav–, debían saber que su compañero había regresado.

Pete en realidad no comprendía del todo la razón detrás del regreso de Val. Pero por lo que Selene había dicho, parecía ser que la Diosa se había dado cuenta de que Val era su creación. La única creación de Selene, y no solo tenía la tarea de administrar de acuerdo a las órdenes del Todopoderoso, sino también, poseía el derecho de escribir una línea nueva de destino para su creación.

Una escapatoria de la que Selene recién se daba cuenta, y que le hizo implorarle al Todopoderoso que le permitiera devolver a la vida y a su destino a su creación.

Y aquellos ojos azules, Selene los consideraba un regalo para Val. Un regalo simbólico de su renacimiento. El azul representaba el coraje y la dedicación que Val había puesto en su vida previa. Y a Pete no le molestaba en realidad, siempre y cuando Val volviera a él, en tanto Val pudiera quedarse a su lado, Pete no tenía problema con el color de los ojos de su lobo, o cualquier otro detalle por el estilo.

Desafortunadamente, si era un problema para Lune. Se oponía, porque ambos habían terminado perdiendo el parecido. Mientras que en el pasado parecía no agradarle que le dijeran que era similar a Val. Y al final, provocó que los dos lobos discutieran con frecuencia sobre quién de los dos era más bonito, quien de los dos tenía los ojos más hermosos, y demás.

Esto mareaba a Pete. Mareaba a Mav también, y a Vegas, además. El retorno de Val había provocado en todos, nuevos sentimientos, y al mismo tiempo liberó algo que parecía haberse quedado atorado.

—Felicitaciones por la boda.

Pete giró su rostro de nuevo, ahora hacia Tem. Sonrió y asintió, un poco nervioso de hecho, porque el día de la confirmación y la boda real era al día siguiente.