MATE [VegasPete] • Español

31. The War

Capítulo 31: La Guerra

—¡ATAQUEN! ¡AHORA! —vociferó el Rey Chan, y junto a aquel grito de mando todo comenzó.

El movimiento de las dos partes comenzó a marcar el respectivo bando al que pertenecían. Cientos de Caballeros comenzaron a atacar inmediatamente, seguido de igual manera por la defensa y contraataque de los lobos rebeldes.

Ambos bandos se encontraron al medio, entre la inmensa extensión de los campos de carrizos bajo el manto de aquel cielo nocturno oscuro y eclipsante, iluminados por la luz tenue de la luna y el resplandor rojizo de la hoguera que continuaba viva justo al centro.

Por el rabillo de su ojo, Pete pudo ver al Sr. Lerman y a Jom corriendo de inmediato hacia Vegas. Liberándolo en seguida de todas las ataduras mágicas que lo retenían, dejándolo en una condición decaída, casi moribundo. Luego de eso Jom centró su fuerza, usando sus habilidades sanadoras para curar el cuerpo de Vegas y aliviar su condición actual. Cumpliendo con sus deberes como el único sanador del palacio y el único en el que podían confiar en la guerra para que se concentrara en atender a Vegas como su prioridad.

Entre tanto, el Sr. Lerman, quien estaba al lado de ambos, parecía también utilizar sus habilidades mágicas para crear una barrera de protección para escudar y resguardar a Jom y a Vegas y que nada ni nadie interrumpiera el proceso de sanación que Jom se encontraba dirigiendo, ya fuesen ataques físicos o mágicos, porque incluso hace unos momentos, el Sr. Lerman pudo percatarse de como varios de los lobos intentaban deliberadamente acercarse a ellos, con intenciones evidentes de atacarlos e interferir con la sanación de Vegas y frustrar todo lo que hacía para ayudarlo.

Por otra parte, Nob, como el líder de los Caballeros también había dado ordenes específicas a sus tropas para que se esparcieran, asegurándose de alejar a los lobos del área de la hoguera, lejos de las víctimas que continuaban atadas, junto a las demás tropas a las que les había asignado encargarse de llevar a cabo el rescate de los omegas primero.

No era algo sencillo, porque cada vez que los Caballeros intentaban liberar a los omegas, de pronto aparecían varios lobos de diferentes direcciones arrojándose hacia ellos para atacarlos con brutalidad, consiguiendo que varios de los Caballeros cayeran al instante, sin poder protegerse, sin tener oportunidad de defenderse y contraatacar debido a la cantidad de lobos que les atacaban al mismo tiempo.

—¡RESCATEN A LOS OMEGAS PRIMERO! —ordenó Nob nuevamente, balanceando su espada, que era la más grande y poderosa de las espadas que sostenían los Caballeros hacia el enorme lobo de pelaje grisáceo frente a él.

Era la espada que Vegas solía utilizar, ahora la empuñaba Nob, como símbolo del orgullo de su futuro Rey, usándola adrede para demostrar que Vegas continuaba siendo su líder en esa guerra. 

Nob blandió la espada, atravesándola tan fuerte sobre los ojos del lobo que consiguió que el animal que lo había atacado perdiera el equilibrio y el rumbo. Cortó su cabeza de un tajo tan pronto como los ataques del lobo gris comenzaron a flaquear, y resultado de ello, sangre a borbotones escurría de la hoja de la espada, salpicándose con bestialidad a los alrededores, comenzando a bañar el campo con sangre fresca.

Pero desafortunadamente, lo que recién había sucedido provocó que otros lobos atacaran a Nob a la vez.

No podían aceptar que uno de los lobos más fuertes de su manada hubiera caído, decapitado. Y valerosamente, Nob intentó dar pelea, trató de luchar contra todo. Ataques provenientes de múltiples direcciones, múltiples arañazos, gruñidos e intentos de mordidas, hasta que se sintió abrumado y casi se dio por vencido por la cantidad de lobos que le atacaban a la vez, pero no mucho después de eso, las cosas cambiaron de nuevo cuando de repente todos los lobos frente a él cayeron.