Capítulo 21

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Di un par de vueltas más en la cama antes de abrir los ojos. Me incorporé y cogí el móvil para mirar la hora en él. Ya era mediodía, cosa que no me sorprendió mucho, ya que yo era muy de acostarme tarde y despertarme tarde también.

Entonces caí en la cuenta de que no estaba tapada con las sábanas de mi cama, sino con una manta. Si no recuerdo mal, ayer por la noche estuve con Daniel. Estuvimos leyendo el diario de mi hermana, y luego... No sé que pasó, supongo que me quedaría dormida y él se fue. Aún así decidí llamarle para asegurarme de que los hechos habían transcurrido así.

-¿Sí?- Habló Daniel con voz ronca tras el cuarto pitido.

-¿Estabas dormido?

-¿Que quieres Anna?- Preguntó bostezando.

-Yo... ¿Anoche tu no estabas en mi casa?

-Sí, y ahora estoy en la mía.

-Qué gracioso- Dije sarcásticamente provocando sus carcajadas.

-¿Qué pasó?

-Estábamos leyendo el diario de Ashley, ya era tarde, estábamos cansados y nos quedamos dormidos. Me desperté ya de madrugada, te tapé con una manta y me fui- Explicó.

-Gracias por no intentar nada conmigo- Dije sonriendo.

-Sabes que no haría nada que tu no quisieses.

-¿Vas a quedar con estos?- Pregunté cambiando de tema, no me encontraba cómoda hablando de ese tema, más que nada porque no tenía claros mis sentimientos, y no quería meter la pata. Así que seguí el consejo de mi madre, piensa antes de hablar.

-Supongo- Dijo él.

-Voy contigo.

-¿Tus padres no te enseñaron modales? Las cosas se piden por favor.

-Después de comer me tienes allí.

-¿Allí donde?- Preguntó él.

-En tu casa, dónde va a ser- Reí. -Anda, date una ducha, la necesitas si quieres despertarte, porque estás espesito.

-Cállate- Rió el también.

-Hasta luego, Daniel- Dije, y colgué.

Me levanté de la cama y salí de mi habitación, encontrándome con mis padres en la cocina.

-Hola, cariño- Me saludó mi madre.

-Ya era hora, ¿no?- Bromeó mi padre.

-Hola- Los saludé con un beso en la mejilla a cada uno. -¿Como así no me habéis despertado al llegar?

-Estabas tan agusto dormida que decidimos no despertarte- Dijo mi madre.

-¿Quieres comer?- Preguntó mi padre.

-Sí, claro- Dije sentándome en una de las sillas mientras mi padre terminaba de servir la comida.

-¿Que tienes pensado hacer hoy?- Preguntó mi madre.

-He quedado con Daniel y sus amigos- Dije.

-¿Daniel? ¿El amigo de tu hermana?- Preguntaron ambos extrañados. -No sabía que erais amigos- Dijo mi madre.

-Ya, bueno. Yo tampoco, hasta hace unas semanas- Dije. -Las pérdidas nos han unido, supongo.

-Nos gusta que hagas amigos- Dijo mi padre. -No nos malinterpretes, Sam es un gran chico, pero eres joven, y es tiempo de divertirte, ya nos entiendes.

-Sí, lo sé- Dije. Y sin decir nada más, seguimos comiendo.



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