Capítulo 29

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El teléfono móvil vibró en mi bolsillo durante un breve periodo de tiempo, indicando un mensaje entrante. Era de Anna.

Tenemos que hablar. Te espero en mi casa, no tardes.

Aquellas palabras me dejaron helado ante la pantalla de mi móvil.

-Eh, Josh- comentó Max sacudiendo mi hombro. -¿Me estás escuchando?

-S-sí- mentí.

-A ver, ¿qué es lo que he dicho?

No tenía ni idea de lo que me había dicho, así que confesé mi mentirijilla.

-Que si estás bien, te has quedado inmóvil. ¿Malas noticias?- indicó señalando mi móvil con un movimiento de cabeza.

-No- volví a mentir. -Tengo que irme.

-¿Tan pronto?- preguntó. -¿A dónde?

-A casa de Anna.

Aquello provocó que todos los presentes, menos Jackson, enmudeciesen sorprendidos.

-¿No os habiais enterado? Están juntos- sonrió Jackson. Estaba borracho, sino no hubiese abierto su bocaza.

-¿Desde cuando?- quiso saber Daniel.

-Desde...- pensé. -Hace dos días.

-¿Y cuando pensabas contárnoslo?- insistió Max.

-Yo...- dudé. -Hoy no era el momento, con Jackson mal y...

-Estoy bien, tío- repuso él.

-No, joder. No lo estás. Vas borracho, ¿o es que tampoco te das cuenta de eso?- grité haciéndolo palidecer. -Lo-lo siento...-murmuré. -Tengo que irme.

Y dicho aquello, salí de casa de mi mejor amigo cerrando la puerta tras de mí.

Transcurrí todo el camino hasta casa de Anna pensando en sobre qué tendríamos que hablar. ¿Qué sería tan urgente e importante como para no poderlo hablar por teléfono? Tenía miedo, miedo de que se hubiese dado cuenta de que se merecía algo mejor que estar conmigo y me dejase.

Llegué a su casa y llamé a la puerta. No tardó en abrir.

-Pasa- me indicó ella con la mano.

Ni siquiera me había saludado. Esto no pintaba bien, nada bien. Le hice caso y entré. La casa estaba vacía, y me condujo hasta el salón.

-Hablemos- dijo nerviosa, sentándose a mi lado, aunque no tan cerca como esperaba.

-Tu dirás- contesté desganado. Me preparaba para la ruptura. El como se estaba comportando conmigo me estaba hundiendo poco a poco. La sentía distante, fría.

-He leído el diario de mi hermana- dijo al fin.

Aquello era lo último que me esperaba. Ni siquiera sabía que Ashley escribía un diario.

-No todo, pero estoy en ello- prosiguió. -Y apareces tú. Varias veces. Tal vez demasiadas.

Hizo aparecer un libro que escondía detrás de su espalda, y me lo entregó, abierto por una página.

-Lee- me ordenó.

Y obedecí. En aquella página narraba sus sentimientos tras lo que ocurrió el pasado verano entre Jackson, Amy, ella y yo. Tenía razón, todo había sido un malentendido, y me sentí fatal por hacerle tanto daño. Ella no se lo merecía.

-Necesito que hagas memoria- interrumpió Anna mis pensamientos. -¿Qué pasó aquella noche?

Recordé la escena.

Oscuros SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora