Capítulo 30

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Desperté entre los brazos de Josh, con mi cabeza apoyada en su pecho, que subía y bajaba al ritmo de su respiración.

-Buenos días, dormilona- dijo depositando un dulce beso en mi frente.

-Buenos días- sonreí.

-¿Qué vamos a hacer hoy?

-Tú no sé. Yo...- dudé. -Tengo que hablar con tu hermano.

-¿Por qué?- quiso saber.

-Él también aparece en el diario.

-¿Y ahora te dedicas a interrogar a todo aquel que aparece en el diario?

No contesté.

-Espera- dijo tras deliberar durante varios segundos. -¿Crees que...? No. No puede ser.

-¿El qué?

-Que alguien matase a tu hermana. ¡Fue un accidente!- exclamó.

-¿Y eso como lo sabes?- pregunté.

-Porque...- se detuvo en seco. -¡También me estás interrogando a mí!- gritó incrédulo. -¿De verdad crees que yo la maté?

Tampoco contesté a aquella pregunta, no sabía qué contestar.

-Tu silencio lo dice todo- dijo. -Será mejor que me vaya- añadió.

-Josh, espera...

-No- repuso con seriedad. -Adiós.

Y sin dejarme decir nada más, salió de mi casa y cerró la puerta tras de sí.

Mi hermano no había dormido en casa y tampoco había dado señales de vida, por lo que me estaba empezando a preocupar. Eché un vistazo por la ventana, pero nada. La calle estaba vacía y... ¡Mi coche tampoco estaba!

Me apresuré a coger mi teléfono móvil y marqué el número de Josh. Descolgó al tercer pitido.

-¿A dónde has ido con mi coche?- pregunté.

-Por ahí.

-¿A dónde?- insistí.

-Voy a la capital.

-¿Por qué? ¿Y por qué no has venido a casa? ¿Por qué no me has pedido el coche? ¿Por qué te has ido sin avisarme?- exclamé.

-Para evitar el interrogatorio que me estás haciendo ahora mismo.

-¿Vas a decirme para qué vas a la capital?- insistí.

-Voy a ver a papá- se limitó a decir. Y colgó.

Volví a llamar, pero esta vez no cogió el teléfono y saltó el buzón de voz. Insistí varias veces más en vano, ya que seguía sin contestar.

El timbre de la puerta sonó sobresaltándome. Me acerqué a abrir. Al otro lado apareció una jovencita cuyo rostro se me hacia familiar. Era igual que su hermana, ya me di cuenta cuando vino con su amigo al hospital. Anna, se llamaba.

-Ho-hola- saludó nerviosa. -¿Podemos hablar?- preguntó.

-Claro, pasa.

Cerré la puerta tan pronto como se adentró en la casa y me giré dispuesto a averiguar qué era aquello sobre lo que quería hablar.

-Eres Nicholas, el hermano de Josh, ¿verdad? Nos conocimos en el hospital.

-Sí, me acuerdo- contesté. -Y también recuerdo que te pedí que me llamases Nick, Anna.

Aquello provocó que se ruborizase, lo cual me hizo sonreír.

-Venía a hablar de...

-¿Josh?- la interrumpí.

Oscuros SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora