Capítulo 12

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        El teléfono suena varias veces hasta que consigue despertarme. Corro a cogerlo y escucho lo que me dicen al otro lado de la línea con atención, hasta que me arrepiento de haber descolgado el teléfono.

-Amy Hawkins ha muerto, lo siento- Fueron esas palabras las que hicieron que mi corazón saltase de mi pecho, las que provocaron que algo dentro de mí se desgarrase y que me costase respirar debido a la falta de aire que procesaban mis pulmones. Apreté el teléfono aumentando así la presión de mis manos a su alrededor y colgué completamente petrificado. Me derrumbé en el sofá y doblé mis rodillas pegándolas a mi cuerpo de tal manera que pude acurrucarme y esconder mi cabeza entre ellas. Rompí a llorar una vez fui consciente de la información que acababa de recibir por parte del jefe de policía.

Respiré hondo, aún cuando las lágrimas caían e inconscientemente me levanté y salí de casa con una idea clara en mi mente, necesitaba desahogarme con alguien, y ese alguien era, sin duda, la única persona con la que quería hablar en estos momentos.

El trayecto no era largo, ya que vivíamos en la misma calle, pero a pesar de ello corrí, y sentí como el aire fresco de la mañana chocaba contra mi rostro y enfriaba las lágrimas que resbalaban por éste. Llegué a la puerta de su casa y no me pensé dos veces llamar.

-¿Qué ha pasado? -Preguntó preocupada nada más verme. En vez de contestar me arrojé a sus brazos y ella me devolvió el abrazo.

        Me desperté y miré la hora en el reloj de mi mesilla, ya era mediodía. Me levanté de la cama y arrastré mis pies hacía la cocina.

-Buenos días- Dije entrando en la cocina aún con sueño.

-Buenos días- Me saludaron mis padres a la vez. -¿Que tal has dormido?

-No muy bien, la verdad- Suspiré. -Pero no duermo bien desde… -Callé.

Mi padre asintió. -Estos días he estado hablando con el jefe de policía. 

-Lo sé.

-Está convencido de que Ashley se suicidó.

-Si le vuelves a ver, le dices de mi parte que no tiene ni idea.

-Anna… -Me interrumpió mi padre, pero no pudo seguir hablando ya que el timbre le interrumpió a él.

Me encontré con un Daniel destrozado al otro lado de la puerta. Tenía los ojos rojos de tanto llorar y las lágrimas resbalaban por sus rosadas mejillas.

-¿Qué ha pasado? -Pregunté preocupada, pero él se arrojó a mis brazos sin saber que otra cosa hacer.

-Anna, ¿quién es? -Preguntó mi padre acercándose. Daniel se despegó de mí y dejó a la vista de todos su cara, y pronunció en un susurro, pero con claridad unas palabras que nos hicieron enmudecer, tanto a mis padres, como a mí.

-Amy ha muerto- Abrí los ojos como platos y miré a mi padre, él me miró a mí, mientras Daniel lloraba.

-¿Sigues creyendo que Ashley se suicidó? -Susurré asegurándome de que me escuchase.

Él negó con la cabeza y tras susurrar un -Lo siento, Daniel- Entró en la cocina con mi madre. Cerré la puerta e hice pasar a Daniel, lo senté en el sofá y le pregunté qué había pasado, dispuesta a escuchar toda la historia.

-Ayer por la noche estuvimos hablando y… -suspiró- no acabó muy bien.

-¿A qué te refieres? -Pregunté.

-Le chillé, estaba furioso, y ella salió de casa, fue la última vez que la vi- Dijo mientras otra lágrima rodaba por su mejilla.

-¿Por qué le gritaste?

Oscuros SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora