Ya era de noche cuando caminaba solo por las calles de la ciudad, con la intención de hablar con Anna antes de llegar a mi casa. Una vez llegué a la calle, donde se encontraban tanto mi casa, como la de Anna, identifiqué el coche de Sam, que aún seguía aparcado enfrente de la casa de ésta. ¿Acaso iba a volver a pasar allí esta noche? Barajé las opciones que tenía. Podía irme a mi casa y dejarles a ambos la intimidad que aparentemente querían, o podía irrumpir en la casa y hablar con Anna, que era lo que yo necesitaba. Así que saqué mi móvil y le mandé un mensaje a mi madre, diciéndole que no iría a cenar, porque me había surgido algo, ya mañana se lo explicaría, si eso.
Opté entonces por la segunda opción, sin pensármelo dos veces y no dando así pié a arrepentirme.
Caminé con paso firme hasta la puerta de entrada y llamé al timbre. Oí pasos en el interior de la casa y deseé que fuese Anna, para no tener así que lidiar con Sam, pero no tuve esa suerte.
-Ho-hola... -Me saludó éste frotándose la nuca. Se le veía nervioso.
-Hola- Lo saludé. -¿Está Anna?- Vaya pregunta más tonta, por supuesto que estaba, era su casa.
-¿Quién es?- Preguntó Anna acercándose a la puerta. -Oh... Hola, Daniel- Me saludó. -¿Ha pasado algo?- Preguntó preocupada.
-No, yo... -Dije jugueteando con mis dedos. -Quería hablar contigo.
-Oh... Vale, pasa- Me ofreció.
-Yo mejor me voy- Dijo Sam antes de que pudiese pasar. -Nos vemos mañana- Dijo, y justo después le plantó un beso en la mejilla a Anna delante de mis narices, cosa que me molestó, ya que los celos recorrieron todo mi cuerpo.
-Adiós, Sam- Dijo Anna con una sonrisa tímida.
-Adiós, Daniel- Dijo éste dirigiéndose a mí.
-Adiós- Lo despedí yo desganado.
Entré en la casa y Anna cerró la puerta a mis espaldas.
-¿Has cenado?- Me preguntó. -Sam y yo habíamos pedido una pizza, pero no la hemos acabado- Explicó.
-Sí, vale- Acepté. La verdad es que no había cenado, ya que las palomitas del cine no contaban como cena. Cogí un trozo de pizza, barbacoa, mi favorita.
-Coge todo lo que quieras- Dijo Anna con una sonrisa tras ver como había devorado el primer trozo. -No te cortes.
Así pues, consecuencia del hambre que tenía y de lo deliciosa que estaba la pizza, cogí otro trozo.
-Y dime, ¿de qué querias hablar?- Preguntó sentándose en el taburete situado frente a mí.
Tragué con lentitud, para poder pensar así una respuesta que darle. La verdad es que no tenía que hablar con ella de nada en particular, simplemente quería hablar con ella.
-¿Que tal estás?- Pregunté encogiéndome de hombros.
-Bien, supongo- Dijo ella. -Pero no has venido a preguntarme por eso, ¿verdad?- Insistió ella.
-La verdad es que yo no estoy bien- Dije mirando el trozo de pizza y dejándolo en la mesa, sin ganas de comer.
-¿Amy?- Preguntó ella con apenas un hilo de voz.
-Y tu hermana- Contesté yo con la misma intensidad. -Necesito saber que pasó, sé que meter al culpable entre rejas no me hará sentir mejor, pero necesito saberlo- Expliqué. -Puedo... -Comencé a decir. -¿Echarle un vistazo al diario de Ashley?
-Claro- Dijo ella. -Ven, te pondré al día. Después podemos seguir leyendo, tal vez encontremos algo que nos sea de ayuda.
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Oscuros Secretos
Mistério / SuspenseAshley y Anna Crawford son gemelas, físicamente iguales, pero completamente diferentes en cuanto a personalidad. Anna, es una tímida chica introvertida a la que le incomoda ser el centro de atención. Mientras que su hermana Ashley, es la típica chic...