Capítulo 3

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-¿Estás lista? -Pregunté una vez había acabado de prepararme. -Mike llegará de un momento a otro.

-Sí, sí. Un momento- Contestó Amy segundos antes de que sonase el timbre.

-Voy yo- Dije antes de desaparecer escaleras abajo.

-Hola- Saludé abriendo la puerta con la mayor de mis sonrisas.

-Estás preciosa esta noche- Dijo Mike mirándome de arriba abajo.

-¿Esta noche? -Sonreí.

-Siempre- Dijo acercándose a mí y situando su cara a centímetros de la mía, para fusionar así sus labios con los míos en un tierno beso.

-Ejem- Carraspeó Amy a mis espaldas, ya estaba lista, así que subimos al coche. En el  asiento trasero del coche ya estaban Josh y Jackson esperándonos. Los saludamos y Amy montó con ellos mientras yo me sentaba en el asiento del copiloto junto a Mike, que conducía hasta la playa.

Prácticamente todo el instituto estaba en la fiesta, por lo que tuve que saludar a todos seguida de Mike. Amy, Josh y Jackson fueron directos hacía la barra, así que me quedé con Mike.

-¿Bailamos? -Me preguntó.

-Vamos- Le dije cogiéndole de la mano.

No había pista de baile, ya que estábamos en la playa, pero nos montamos la nuestra bailando alrededor de una pequeña fogata.

-¿Te lo estás pasando bien? -Me susurró Mike al oído, a lo que asentí. -Tengo una sorpresa para ti- Sonrió.

-¿Que sorpresa? -Pregunté con curiosidad.

-Si te lo dijese no sería una sorpresa- Rió, y yo también reí sin saber que era lo que tenia pensado hacer.

        Sam llegaría de un momento a otro así que recogí un poco el salón mientras las palomitas se hacían. Ahuequé los cojines y sacudí las mantas. El microondas pitó indicando que las palomitas estaban listas, así que las saqué y mientras las echaba en un cuenco, el timbre sonó, asi que terminé de vaciar el paquete y corrí a abrir. Sam apareció al otro lado de la puerta con varias películas en una mano.

-Hola, Anna- Sonrió.

-Sam- Reí.

-La pizza está de camino- Me interrumpió. -¿Me siento aquí? -Preguntó señalando el sofá.

-Sí. 

-Tengo películas de miedo, de risa, de amor...

-Una de amor- Le interrumpí sentándome a su lado en el sofá con el cuenco de palomitas.

  -¿En serio? -Dijo disgustado justo cuando el timbre sonó, la pizza.

-No- Reí. -Quería ver tu reacción. ¿Una de risa?

-Genial, pero con una condición- Dijo.

-¿Cuál? -Pregunté curiosa.

-Que luego veamos una de miedo.

-De acuerdo... -Dije al fin no muy convencida abriendo la puerta. Pagué la pizza y me senté en el sofá de nuevo. Sam cogió un buen puñado de palomitas y se las metió a la boca. -Debería preparar más- Reí, a lo que el asintió.

Fui a la cocina y abrí el armario situado en la parte superior, pero las palomitas estaban al fondo de éste, por lo que no llegaba a cogerlas. Salté, me estiré, pero no había manera de llegar. -¿Sam? -Lo llamé dándome por vencida. Éste apareció por la puerta de la cocina y rió al verme de puntillas intentando alcanzar las palomitas. Se acercó a mí, estiró uno de sus brazos y  cogió uno de los paquetes, lo metió en el microondas y me miró con expresión divertida. Hice ademán de enfadarme, crucé los brazos y salí de la cocina para acurrucarme en uno de los lados del sofá con mi cuenco de palomitas. Oí el microondas pitar y al rato apareció Sam con otro cuenco de palomitas. Puso la película y se sentó a mi lado.

Oscuros SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora