TRES| Atracción

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Tres días después, me encontraba intentando entender qué había pasado mientras estuve en rut.

Los siete omegas que estuvieron conmigo estaban a salvo, así que ya no los iba a ver jamás, pero ahora tenía a dos alfas que giraban en torno a un omega y eso era lo que me irritaba.

Que desprendía unas feromonas dominantes que no eran mías ni de ningún bastardo de por aquí. Esto último era lógico porque sabían que si tocaban a mi omega les iba a cortar las pelotas. Por lo que no sabía de dónde demonios eran esas cochinadas, por supuesto, que su sonrisa me estaba molestando también.

—¿Me vas a decir quién fue el bastardo que se atrevió a joderme así? Voy a matarlo —sonreí.

—Le voy a dar las noticias del día de hoy.

—No me ignores bastardo.

—Atrapamos a Park intentando huir y ahora mismo está en tortura.

—Haru...-

—Por otra parte..-

—¡Por Dios, cállate!

Haru comenzó a reírse y lo empujé, bastardo sinvergüenza...

—¿Vas a matarlo? —preguntó burlón—. Oh, eso será un problema porque me gusta bastante.

—¿Quién demonios es?

—Hum...

—¿Quién es el idiota que te marcó así? Porque voy a cortarle los huevos.

—No tengo intención de terminar castrado, gracias.

Me caí imaginariamente de la silla cuando ese niño entró por el elevador. ¿No me digas que estos chiquillos estuvieron pasándola bien sin mí? Voy a matarlos.

—Lo que le estaba diciendo —Haru continuó riéndose como idiota y se dejó abrazar por el dominante, jamás se dejaba tocar así, ¿qué demonios? No podía permitir que estos omegas estuvieran juntos sin mí—. Gracias al reporte del joven Calian logramos impedir que Park regresara a Corea.

—¿Y te lo tuviste que follar para obtener esa información o qué mierda?

—De hecho, él me folló a mí.

—Un detalle que debemos aclarar —Calian Hall sonrió prepotente.

Por alguna razón me irritó.

No toleraba que tocaran a Haru porque era omega, lo que significaba que un alfa lo iba a enlazar y entonces ya no sería mío. No soportaba que me quitaran mis cosas, por supuesto, Haru era uno de mis mayores trofeos, fuera omega o alfa, no podía irse con ninguno.

Haru al notarlo mejor vino conmigo y se cubrió la nariz.

—Alex —el omega acarició mi cuello—. Podemos arreglarlo después.

Calian también notó mi enojo, por lo que se alejó y alzó las manos. Este omega era mío.

—Ahora.

—Bien, ahora, como tú quieras.

Lo tomé de la muñeca y lo tiré al sofá donde comencé a comerle la boca. El omega no dudó en corresponderme y cuando menos acordé, ya estábamos solos.

Haru se deshizo muy rápido presa del placer bajo mi cuerpo. Se dejó dominar y en una gritó mi nombre, a veces maldecía en japonés, no le entendía ni una mierda, pero podía distinguir sus tonterías gracias a que algunos de mis alfas veían anime o se la pasaban preguntándole insultos.

No sé por qué pensé en eso, quizá porque me había llamado "vaca".

Logré entender que se sentía bien.

Abismo InmoralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora