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- Tienes que apoyar los dos pies Nadia.- se desesperó Nick

-Pero si lo estoy haciendo.

- No. ¿No ves que apoyas siempre el derecho antes que el izquierdo?

̶ Pero da igual, es un segundo.

- Un segundo en el agua es una caída. Mira.

Nick se tumbo en su tabla y repitió los pasos.

Habían quedado para surfear. El joven se había ofrecido voluntario a enseñarla.

̶ ¡Dios mío que pesado puedes llegar a ser!

̶ Y tú muy cansina. ¡Vamos!

Con mala gana Nadia se tumbó de nuevo en la tabla, Nick lo hizo directamente en la arena. Contó hasta tres y se levantó con ella.

̶ Si pones las manos a la altura del pecho, podrás impulsarte mejor. Ahora casi lo consigues. Te falta nada Nad. ̶ animó.

Lo volvió a intentar, esta vez más concentrada.

̶ ¿Has visto como puedes? Cuando dejas de quejarte consigues las cosas.

̶ Aprendo rápido

̶ Los brazos tienen que estar relajados. Inclina ligeramente el cuerpo. Espera. ̶ siguió corrigiendo Nick.

Se puso tras ella y con delicadeza le modificó la postura.
Al rozarse sintieron como un escalofrío recorrió sus cuerpos.

Nick disimuladamente se separó, el aroma tan dulce y femenino que desprendía su pelo, seguramente recién lavado, le podía llevar a hacer algo de lo que se arrepintiese después.

̶ Ya lo tienes. ¿Vamos al agua?

̶ ¡Por fin!

Lo que parecía sencillo, se convirtió en algo más complicado

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Lo que parecía sencillo, se convirtió en algo más complicado. Las tablas eran grandes y pesaban lo suyo, con las olas se hacía difícil sujetarlas. Para adentrarse en el mar había que nadar con mucha más fuerza de la que Nadia se esperaba.

Nick le aconsejó que no se levantase, que remase con la ola.

Al principio Nadia luchaba por mantener el equilibrio, más adelante con esfuerzo y perseverancia consiguió coger alguna ola tumbada

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Al principio Nadia luchaba por mantener el equilibrio, más adelante con esfuerzo y perseverancia consiguió coger alguna ola tumbada.

Cuando sintió que no podía más, salió y se sentó en la orilla para ver como Nick cogía las olas a la perfección, observándole parecía que era pan comido.

̶ ¿Qué tal lo he hecho? ̶ preguntó Nick saliendo del agua con el neopreno ya desabrochado y el pecho al descubierto.

Nadia no pudo evitar fijar su rostro en esos pectorales ¿Tenía que ser tan perfecto? Parecía un dios del Olimpo. Era tan guapo que dolía verle.

 Era tan guapo que dolía verle

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̶ Lo podías haber hecho mejor. ̶ disimuló.

̶ No esperaba otra respuesta viniendo de ti. ¿Cansada?

̶ Te mentiría si te dijese que no, no puedo levantarme.

Nick se agachó a quitarle el enganche de la tabla, todavía lo seguía teniendo agarrado al tobillo.
Se la quedó mirando fijamente, ella le sostuvo la mirada, intentando descifrar que significaba.

̶ Será mejor que vayamos a la toalla. ̶ dijo finalmente Nick levantándose y ofreciéndole la mano para levantarla. ̶ Te llevo la tabla.

- Gracias.- susurró ella.

- ¿Quieres algo de beber?

- Agua por favor.

- ¿Agua? Yo estaba pensando en algo más fuerte como una cerveza.

- ¿Quieres emborracharme?

- ¿Tienes miedo de que lo haga?

-¿Por qué iba a tener miedo?

- Por si te da por querer tontear conmigo.

̶ Lo dudo.

Se miraron y rompieron a reír. Nick sacó una botella de agua de su mochila y se la pasó. Abrió acto seguido una cerveza y se puso a contemplar el horizonte.

La tarde estaba siendo maravillosa y tranquila hasta que vieron a Amanda, la ex novia de Nick, y sus amigas avanzando hacia ellos.

- ¿Qué haces aquí? ̶ preguntó mirándole a él y luego a Nadia.

- Pasando la tarde.

- En serio Nick... ¿Con esta?

- Me llamo Nadia.

- Cuando te aburras de jugar con niñas me llamas. ̶ siguió Amanda ignorandola.

- Eso se llama ser una arrastrada. ̶ soltó Nadia.

- ¿Me hablas a mí?

- No, a tu prima la del pueblo. ̶ se giró a mirar a Nick . ̶ ¿De verdad este personaje ha sido tu novia?

̶ ¿A quién llamas personaje?

̶ Que no se entera la tía lerda. Te hablo a ti.

̶ Cuando estés a mi altura podrás hacerlo, hasta entonces eres un ser insignificante.

̶ Será al revés cariño, cuando estés tú a la mía. ¿Cuánto mides, medio metro o un poco menos?

Nick no pudo evitar soltar una carcajada.
Amanda le miró enfadada, le hizo un corte de manga y se alejó junto a su séquito de amigas maldiciéndoles.

Bailando bajo las estrellas ( tituló temporal )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora