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Mientras se alejaba, aprovechó para observarle con detenimiento. Era alto, quizá un poco más que George. Tenía un cuerpo atlético, como el de una persona que iba religiosamente al gimnasio, espalda fuerte y brazos fornidos. Era el típico chico que ella y sus amigas llamaban empotrador.

̶ Aquí tienes tu agua, ¿No bebes por alguna razón? Adivino, es tu forma de divertirte. ̶ Tú burlate, pero soy alcohólica anónima.- vaciló.

̶ Si lo dices ya no eres anónima.

̶ Tienes razón, entonces soy alcohólica a secas.

̶ Creo que eres más de lo que cuentas, pero alcohólica no.

̶ Podría serlo ¿Por qué no?

̶ Se te notaría, tendrías algún tic. ̶ contestó Nick balanceándose de atrás hacia adelante
simulando tener un trastorno.

- Se te da bien ¿Lo practicas a menudo?

- Si, todos los días. Intento que me den una pequeña subvención.

- Pues das el pego, la vas a conseguir.

- Con práctica todo sale, es que soy bueno en todo lo que propongo.

- Ya veo que tienes la autoestima por las nubes.

- Es verdad. Me he propuesto hablar contigo esta noche aunque era un reto difícil y míranos.

̶ Osea que para ti soy un reto, y ahora que lo has conseguido ya puedes ponerte una medalla e irte. ̶ contestó molesta Nadia.

̶ Para mi eres un misterio con el que quiero hablar. Me pareces más interesante que muchos de los que están aquí.

La joven se sonrojó, a penas se conocían, pero parecía como si sus caminos estuviesen conectados. Habían congeniado a la perfección. Era como si hubiesen coincidido en el pasado y se conociesen, era una sensación rara. No necesitaron contarse sus vidas, era algo innecesario en ese momento, estaban ensimismados, solo ellos dos, el resto del mundo había desaparecido. No sabían si llevaban horas hablando o minutos, no les interesaba saberlo tampoco. Un barullo ensordecedor les bajó a la tierra.

̶ ¡Vamos!

̶ ¿Adonde?

̶ ¿No ves que todos están saliendo?

̶ Si pero ¿A donde?

̶ Ahora lanzan en la zona de la piscina fuegos artificiales.

George apareció con una chica agarrado de la mano.

- Nick ¿Te vienes?

̶ Ahora mismo voy.- Miró a Nadia .- Vamos.

̶ Vete con ellos.

̶ ¿Tú no vienes a verlo? No me digas que no te gustan los fuegos artificiales.

̶ Ahora voy.

Nick se alejó, dejándole de nuevo sola en aquella sala ya vacía. La muchacha cogió sus cosas y se dirigió a su bungalow, la noche había acabado para ella.
Todas las fiestas que se celebraban en Rahlobich acababan con fuegos artificiales en la zona del lago y todos los años su padre se escapaba del trabajo para llegar pronto a casa y poder bajar con su familia a verlos. No quería recordar esos momentos por nada del mundo, quería borrar a su padre de sus recuerdos.

Bailando bajo las estrellas ( tituló temporal )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora