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Nick: Mira hacia la puerta.
Nadia: ¿Qué haces ahí?
Nick: Sal y te lo cuento.

El mes de exámenes había sido duro y entre eso y los entrenamientos intensivos de Nick, llevaban casi un mes sin verse.

Nadia pidió permiso a la profesora para ir al baño.

̶ ¿Qué haces aquí? ̶ susurró.
̶ ¿No te alegras de verme ?
̶ Venga dime, que me tengo que meter en clase.
̶ ¿Desde cuándo te has vuelto una empollona?
̶ Porque los deportistas os conforméis con vuestra media neurona, no significa que yo no tenga derecho a multiplicar las mías.
̶ ¡Vas a hacer daño! Venía a invitarte a pasar el finde juntos.
̶ ¿Y tus entrenamientos, amigos, partidos?

Nick ignoró su pregunta.

̶ Te recojo en dos horas.
̶ Las clases no terminan hasta las tres, por lo menos las mías.
̶ Apáñatelas como quieras, en dos horas estoy en el Parking O-azul.
̶ Pero...
̶ ¿No tenías que entrar en clase? ̶ le empujó hacia la puerta.
Sin dejarla decir nada más, salió corriendo.

« A ver que me invento yo para poderme escapar de las clases.» pensó Nadia mientras se sentaba de nuevo.

Esperó una hora y media y empezó a fingir encontrarse mal.  La profesora que se encontraba en su clase se lo creyó y la dejó marcharse a casa.
Si le hubiesen nominado a un Oscar lo hubiese ganado.

Corriendo bajó hasta el Parking donde se encontraba Nick esperándole.
̶ Vamos, entra. Ya iba a ir a buscarte.
- He tenido que mentir, te parecerá bonito.
- ¿Qué les has dicho?
- Que me encontraba mal.
- ¿Te han creído?
- Soy una actriz muy buena, hasta me ha dicho la profesora que tenía mala cara.
-Pobre, te ha llamado fea gratuitamente. ̶ bromeó el chico arrancando el coche.
- Menudos planes organizas. ¿A dónde vamos?
- Ya lo verás.
- No me gustan las sorpresas. ̶ gruñó.
- Te llevo a casa para que cojas algo de ropa y le dejes una nota a tu madre.
-¿Una nota? ¿Me estás secuestrando?
- Puede. Ponle en la nota que no volverás hasta el domingo.
- ¿Y si tenía planes? No puedes organizarme el fin de semana.
- Ñi ñi ñi ñi. Deja de quejarte. ̶ se burló Nick.

Los ojos de Nadia se achinaron intentando evitar reírse. Nick era muy gracioso cuando la imitaba.

Pasaron por casa de la chica para que cogiese un par de cosas y dejase la nota antes de volver a ponerse en marcha rumbo a un pequeño aeropuerto privado de los Benson.
Nick aparcó el coche y cargó con su maleta y la de Nadia.

̶Puedo llevarla yo.
- No importa, vamos.
- ¿Todos estos son los aviones de tu padre?
- Si,  si tuviésemos tiempo te los enseñaba.
- ¿Cuántos aviones tenéis?
- Cinco.
- ¿Cinco?
- Teníamos más, pero los vendieron.
- Para qué queréis tantos si soléis estar en Riverplace.
̶ Mi padre viaja todos los días a otros países, al ser privado va más rápido y puede volver en el día. Mi madre antes los utilizaba para trabajo, ahora de ocio. Si le apetece ir a cenar a Lonthes se va cena ahí y vuelve.
̶ ¡Alucino! Otra cosa, sabes que no me gusta viajar como los ricos en avión privado.
̶ No podemos ir en coche Nadia. Todavía no han inventado unos que vayan por el agua,
cuando los inventen te prometo que lo compro para ti.
̶ Eres tan gracioso Nick Benson. ̶ contestó sarcásticamente Nadia.
̶ Deja de quejarte. ¿Sabes que si protestas mucho de mayor te salen arrugas.?

Nadia le iba a contestar cuando una mujer joven, con traje de azafata salió de uno de los aviones a recibirles.

̶ Buenas tardes señorito Benson y señorita... Señorita. Su padre nos avisó que vendría, pero le esperábamos un poco más tarde.

̶ Hola Tifany. Han cambiado los planes, hemos terminado las clases antes. ̶ mintió con una sonrisa Nick.
̶ Podéis ir para dentro, en dos minutos viene el capitán y despegamos.
̶ Gracias Tifany.

Bailando bajo las estrellas ( tituló temporal )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora