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Nadia y Nick habían tenido que madrugar para dirigirse a Duckburg, una de las ciudades más pobres. El ochenta por ciento de la población vivía en circunstancias lamentables. Las casas eran chabolas, algunas estaban en ruinas, pero seguían sirviendo de cobijo para muchas familias. Las calles estaban sucias, basura tirada por todos lados, algunas ratas correteaban libremente por las aceras.

Los niños andando descalzos y desaliñados, se cruzaron con uno de la edad de Adam. Iba de la mano de su madre, con la camiseta rota y de un color que no se podía distinguir muy bien de la roña que llevaba encima. Sostenía un cartel en la mano en el que pedía ayuda para que les diesen algo de comer.

Una sensación de tristeza recorrió el cuerpo de Nick, nunca había visto nada parecido. Tantos años veraneando allí y sin haberse interesado por la pobreza de su alrededor.

Point place, era la cara opuesta de la moneda, destacaba por ser una de las ciudades más caras y lujosas.

Mientras conducía, intentando no meterse entre los numerosos baches que esa carretera mal asfaltada tenía, echó un vistazo a Nadia, observaba todo lo que ocurría minuciosamente, sin apenas parpadear, atónita.
Detuvieron el coche en las afueras, en un camino lleno de barro.

Los dos avanzaron a pie sin decir ninguna palabra, solo contemplando. No encontraban una definición exacta para describir lo que estaban viendo. Llegaron a un colegio de niños, donde les recibieron dos voluntarios.

̶ Buenos días, señor Benson y señorita Weetbix. Es un placer conoceros.
̶ Buenos días, el placer es nuestro.
̶ Me llamo Álvaro y ella es Alejandra. Somos voluntarios y directores de esta escuela. Nuestra misión es ayudar al mayor número de niños pobres de la ciudad.
̶ Muchos proceden de familias desestructuradas, padres drogadictos o alcohólicos. Su situación es crítica y muchos tienen que ponerse a trabajar muy pronto para ayudar en casa.
̶ Lo que intentamos es que durante unas horas, estos niños estén con otros como ellos y puedan sentirse "niños" y actuar como tal. Además les proporcionamos la comida que en su casa no pueden ofrecerles. Muchos de ellos nos piden algo para guardar a su familia.
̶ El problema es que cada vez tenemos más demanda y no podemos abarcar a tantos.
̶ Estamos construyendo otro edificio para poder acoger a más.

Nick ladeó la cabeza para observar a Nadia y percibió como le brillaban los ojos, como si las lágrimas fuesen a brotar en cualquier momento. Le pasó el brazo por el hombro y ella le miró con gratitud.

Los colaboradores les enseñaron el recinto. Era muy precario, las clases donde los pequeños impartían las lecciones; el patio de tierra y el comedor donde comían sin apenas mesas.

̶ Si os parece, Benson puede venir conmigo. Necesitamos ayuda para construir el nuevo edificio. Cuantos más seamos mejor. ̶ explicó Álvaro.
̶ Y Weetbix ¿Qué te parece venirte conmigo y conocer a los monstruitos?- invitó Alejandra.

Nadia desapareció con la voluntaria. Nick siguió a Álvaro. Le llevó a un terreno donde muchos más hombres se encontraban trabajando. Tras explicarle que era lo que debía hacer se puso manos a la obra.
«Que pena que en pleno siglo XXI todavía haya gente que se encuentre en esta situación. Me siento tan culpable de no saber que existía esto. Llevo veraneando aquí años, con mis padres, con Amanda y a ninguno de ellos les ha interesado visitar este lugar, salir de su sitio de confort.

He sido un niño malcriado toda la vida, nunca he pasado hambre, ni frío, ni he tenido miedo a no tener nada porque eso no entraba dentro de mis esquemas. La pobreza es algo que he vivido desde lejos, algo que escuchaba en las noticias y jamás he visto. Y ahora empiezo a ver el mundo tal como es, injusto y cruel

Mientras hacía esas reflexiones, trabajaba sin descanso, quería ayudar lo máximo posible. Sabía que quizás esa ayuda era mínima y sentía no haber abierto los ojos mucho antes pero como se decía, era mejor tarde que nunca.
La mayoría de los trabajadores, eran personas de una clase social media baja que compaginaban su altruismo con sus trabajos precarios.

̶ Nick, ya es hora de comer. ̶ informó Álvaro. ̶ Buen trabajo.
̶ Esto tiene mucho curro. ̶ contestó el joven quitándose el sudor. ̶ ¿Cómo empezasteis
con este proyecto?
̶ Nosotros hemos sido uno de estos niños. Desde pequeños nos tuvimos que ganar la vida como pudimos. Crecimos en la calle y a pesar de eso nuestros sueños fueron siempre fuertes. Limpiábamos de día, de noche estudiamos. Conseguimos sacarnos una carrera gracias a una beca. Cuando acabamos ya éramos libres de huir de aquí a un lugar mejor pero decidimos quedarnos y darles una oportunidad a esos niños que no la tenían.
̶ Sois increibles.
̶ Hemos ido creciendo y con ellos los recursos económicas a los que nos enfrentamos.
̶ ¿Cuánto dinero necesitáis para comprar material?
̶ Contamos con dos mil solamente, para comida y materiales escolares. Hay meses que preferimos dejar de comprar ladrillos y dar de comer a todos.
̶ Os podría dar seis mil ahora, y cada mes enviaros dos mil quinientos. ̶ Nick sacó un talonario, apuntó la cifra y se lo entregó.
̶ ¿Seis mil? Santo cielo ¿Quién maneja tanto dinero? ̶ se asombró Álvaro dándole las gracias.

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⏰ Última actualización: Feb 18, 2023 ⏰

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Bailando bajo las estrellas ( tituló temporal )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora