El comienzo. (Editado)

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EDITADO 11/12/2023

Esta historia lleva un año desde que la cree y conforme fue avanzado se fue modificando, muchos errores ortográficos así como de narración.
La verdad varias veces la quise eliminar porque no me gusta como quisiera que fuera, entonces me decidí por volver a corregirla no solo con los errores también los diálogos por lo que espero que les guste aún más.

Muchas gracias por leerme.












El karma, el karma es una perra cuando se lo propone.

Atte: JJK




























Con el tacto de sus yemas, la vida de Jimin era menos dolorosa, sí. El dolor a su corta edad era el único recordatorio de haber nacido siendo un error. El mayor error para su padre. Un reloj en braille es ahora su más grande objeto de valor, aquel que fue de su madre es lo único que lo mantiene cuerdo, ¿Aquello era felicidad?

Jimin es omega, para su suerte también es varón. Un omega varón para una sociedad retorcida, ¿qué podía empeorar? Bueno, digamos que cada día qué pasa Jimin se sorprende con el carácter de su padre y con la falta de empatía de su hermana.

Desde que tiene uso de razón, los maltratos y humillaciones no se detienen. Con dieciocho años ha pasado por incontables escuelas y en todas ha sido retirado por su condición.

Jimin no quería ser tratado como un ser inservible solo por su discapacidad. Tan poco escogió ni fue su error, no debería sentirse culpable por la muerte de su madre al nacer.
Entendía que no, pero ¿Por qué su pecho se estrujaba cada vez que se lo recordaban o restregaban?
Pese a todo, nadie estuvo de acuerdo en hacerse cargo de Jimin. Su padre tuvo que mudarse y alejarse de todo para poder criarlo.

A su manera, claro.

El omega recuerda, tal vez sus memorias no sean vividas, pero el sentimiento y la culpa persiste desde que tiene usó de razón. A sus cortos cinco años, Jimin cometió un gravísimo error, tenia hambre, era un niño. Sin embargo, su padre no entendió, el primer error cometido por su padre fue abofetearlo de tal forma que cayó al frío suelo con el labio sangrando y la mejilla ardiendo. Después de ese día su padre no se detuvo, acabo entiendo que sentía satisfacción cada vez que lo "corregía" sentía que con cada golpe tal vez su odio hacia la persona que mató a su esposa se disipe.

No obstante todo empeoro, Jimin no podía acercarse a su padre cuando en el colegio los niños se burlaban y lo tumbaban sin compasión, no recibía un abrazo, una caricia. Y a pesar de eso, no hubo reclamos ni reproches. Por alguna razón extraña su sentido de ser querido se resumía a un techo y comida.

Con el pasar del tiempo solo tuvo que acostumbrarse, su casa era un campo minado, hecho de reglas. Debía tener cuidado donde tocase o pise.

Luego de un día para otro su rutina cambio, estaba acostumbrado a los cambios bruscos siempre, pero esta vez fue tan repentino que los nervios lo atacaron como si algo le avisaba que nada bueno se avecinaba. Los abusos en su casa no eran ni un punto de comparación a lo que ahora que pisaba esa nueva institución.
Ahora sí desearía tomar la oportunidad de ingresar a una escuela para discapacitados.

Desde que llegó a Sc-Jeon todo se volvió un infierno.

Su padre había obtenido una beca para él. El prestigioso instituto Sc-Jeon, Jimin solo quería volver a su antigua escuela, donde existía la única persona que extrañaba, ¡su mejor amigo!

Esta vez no fue una expulsión la que lo alejó del único lugar donde pudo tener un poco de tranquilidad, había insultos a su persona, pero los golpes no llegaron. Todo cambio hace seis meses, ya no eran solo insultos, llegaron los empujes, "los juegos" como algunos llamaban. Esconder su bastón y de un día para otro se convirtieron en palizas.

Jimin no debía quejarse, eso era aún más peor.

¿Es tan malo ser un omega discapacitado?

¿Jimin era defectuoso como todos decían?

El dolor doble llegó.

Soportar tantos maltratos estaba debilitando su fuerza de voluntad por querer salir adelante, si Jimin no se metía con nadie, ¿por qué parecía que en donde pisaba todo mundo lo odiaba?

Debió no aceptar esa beca, ¿esa paliza que recibió de su padre fue suficiente? Solo bastó ser maltratado hasta perder la conciencia, tenía que aceptar. Su padre era el ser más cruel, sin embargo, Jimin no desiste de pensar que lo quiere, sí. En algún lugar de ese frío corazón, su padre debe quererlo.

Pero, ¡Su padre jamás tendría que quedar mal ante su jefe!

Eso sería imperdonable.

Era la obra de caridad perfecta, Jimin era el desafortunado que pedía ayuda por su discapacidad. Jamás se quejó por ser ciego, debía aceptar que era especial. Su abuelo fue la única persona en su vida que le hizo sentir especial.

Él omega creía que conocer el sol era grandioso, poder mirar su apariencia o tal vez conocer muchas cosas.. Anhelaba mucho, sin embargo, sabe que es un sueño imposible de cumplir.













[...]

















-¡Levántate inútil!-. Una castaña gritó tras de una puerta-. Ciego asqueroso, ya son las siete de la mañana y el puto desayuno no está listo.

Jimin rápido tocó su reloj comprobando que era cierto. No durmió en toda la noche.

-Ahora voy -. Dijo parándose de golpe.

Su cuarto estaba habituado para una persona discapacitada, se movía con facilidad por toda su casa. Aunque su hermana no perdía oportunidad de mover algunas cosas haciendo que se tropezara.

-Jimin, Jimin , Jimin.... Sabes que si papá no ve su desayuno en media hora, recibirás tu primera paliza del día-. La castaña se rio al terminar de burlarse marchándose del lugar.

Más rápido que nunca camino de largo tocando el suelo descalzó. Hace muchos años tuvo la gran idea de pegar tapones de algodón y ubicarse en todas las direcciones que quería. Llego a sus cajones. Cada cajón tenía una cerradura diferente. Todas de animalitos. Jimin sabía cuál era cuál. Aunque jamás en su vida haya visto un animal.

Camino en apuros hasta casi caer contra una bola de pelos sobre su pequeña cama.

-Mochi, debo apurarme-. Decía mientras un gatito color blanco lo miraba muy perezoso en la cama.-Listo, deséame suerte hoy Mochi.

Al llegar a su cocina se armó de valor, concentrándose en no ser torpe con sus movimientos.

-Inútil tienes quince minutos antes que baje papá-. Escuchó otra queja-. Apresúrate cenicienta.

Jimin sin contestar rápido agarro todo lo necesario. Se movía demasiado bien en la cocina. No ver no fue un impedimento para dar con todo lo necesario. El olor y tacto eran su mejor arma.

Una castaña lo miraba con la sonrisa más radiante.

-Está todo listo herm...

Antes de terminar sintió un olor característico. Limón y canela.
Su padre había llegado. Tembló de pies a cabeza, su cuerpo automáticamente tensándose de miedo.

-Padre buenos días-. Saludo haciendo una reverencia a cualquier dirección mientras escuchaba ser las sillas retiradas y percatándose que están tomando su lugar.

-No llegues tarde inútil, o sabes lo que te pasará-. Dijo su padre dando un sorbo a su café.

-Si padre-. Susurro bajo mientras esperaba el permiso para sentarse.

-Siéntate y no hables más.

Así lo hizo. Retiró la silla en silencio y desayunó temiendo en el día de hoy.

Se había vuelto al juguete de un alfa abusivo. Su cuerpo se erizaba con pensar en ese alfa, sus golpes eran muy dolorosos. ¿Porque tanto odio?

𝐔𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 𝐚 𝐜𝐢𝐞𝐠𝐚𝐬. © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora