JKMis nervios estaban al borde, No sé el porqué lo evitaba, ya no era Jimin quien intentaba no tener contacto, sentí en toda esta semana querer acercarse, pero me aleje, aun recuerdo la metida de pata en decir que estoy ebrio. Fue todo un espectáculo el que arme, sin embargo, no me arrepiento.
"Ve hablar con él"
Fruncí el ceño al escuchar a mi lobo, últimamente quería más contacto, pero lo evitaba, Jimin no estaba listo y tan poco quería obligarlo a quererme cuando sé qué tal vez eso jamás suceda.
Estaba en mi cama, tirado boca abajo, pesando en que hacer. Las clases ya habían terminado y serían tres meses de vacaciones, tal vez estos meses pueda tener algo más de oportunidad.
Bueno, debía empezar hacer algo o me volvería loco con tener a mi Bonito tan cerca y a la vez tan lejos.
Baje en busca de llevar algo y aligerar el ambiente, pero Jimin estaba entre la cocina, me recosté en la puerta y lo admiré, sabía donde colocar todo, hasta podía sentir que miraba a su alrededor. Fruncía el ceño por unos segundos cuando algo no le salía, pero no desistía de volver hacerlo. De pronto dejo de moverse y maldije para mis adentros soltar tanto aroma de emoción.
—Jungkook...—. Lo escuché decir bajito.
—No quería espirar—. Camine hacia él—. ¿Puedo ayudarte?
Pregunté. Sabía que se negaría como tantas veces lo hizo, pero su respuesta diciendo un "sí" me dejó muy confundido.
Le ayudé en un completo silencio, el ambiente no era tenso pero sí muy ligero entre los dos. Ambos nos tensamos al contacto de nuestras manos por colocar los platos en el mismo lugar. Quite tan rápido como pude mi mano, no quería incomodarlo.
En completo silencio terminamos de comer, me dediqué a detallarlo, estaba mucho más Bonito de lo normal, sus mejillas estaban un tanto rojas, tal vez sea por tanto picante que le pusimos, pero todo estaba en orden.
—¿Salimos al Jardín?—. Propuse de pronto—. Para procesar bien la comida ya sabes...
Mierda. En qué momento pude decir algo tan idiota, en qué te estás convirtiendo Jungkook.
Resoplé en mi interior al ver a mi lobo ronroneando.
—Si—. Dijo bajito jugando con sus dedos.
¿Jimin era consciente de lo tierno que se veía haciendo eso?
Me puse de pie y traté de guiarlo, pero me di cuenta de que Jimin no necesitaba mi ayuda, sabía valerse por sí mismo. De pronto estábamos en el pasto, sentados en la misma dirección, si tan solo pudiera ver lo hermoso que se veía el atardecer. Desearía algún día que pudiera verlo.
—Jungkook. Yo...—. Una pausa, lo miré un tanto alarmado con saber que pondría otra barrera sobre nosotros, por lo que hice ese día—. ¿Cómo se siente que es la persona correcta?
¿Persona correcta? No entendía lo que trababa de decir, pero volvió hablar dejándome un malestar en mi pecho.
—¿cómo sé que eres la persona correcta?
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𝐔𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 𝐚 𝐜𝐢𝐞𝐠𝐚𝐬. ©
RandomPrimer libro de: DESTINOS (1) Un omega con discapacidad desdichado en su familia y todo a su alrededor aprenderá de la peor manera el valor de "omega ciego" Con voluntad y esperanza emprende cada día los obstáculos que le depara. Para su mala suer...