Narrador.Jimin sentía el ambiente asfixiante, las constantes miradas juzgadoras del señor Jeon le hacían estar en alerta al más mínimo movimiento, a pesar de no ver, sabía que si las miradas mataran él ya estaría tres metros bajo tierra, era imposible no sentir la mala vibra recorrer su cuerpo. Las horas se estaban volviendo eternas y con eso las ganas de morderse las uñas lo carcomían más, no dejo que aquellos temblores salgan de su cuerpo.
Estaba fingiendo bien.
Desde que empezó el día, Jungkook no se separaba ningún segundo de su lado, la presión sobre sus hombros crecía con el miedo a punto de tener un momento de pánico ante tanto estrés. Necesitaba un momento a solas para no estallar en un mar de lágrimas, por eso no tuvo más valor que encerrarse en algún baño y esconderse en la bañera para llorar por al menos unas horas. Se sentía la peor persona del mundo, mentirosa y sin ser capaz de afrontar con determinación, entendía que debía terminar todo de una vez. Sollozo lo suficiente metido entra sus piernas como para que en algún momento sus lágrimas secaran y cesaran.
No podía, por la Luna que no quería, su omega lloriqueaba en un intento de hacerlo entrar en razón, pero al parecer Jimin ya había tomado su decisión. Intento verse lo mejor que podía, con manos temblorosas, contacto a la única persona que lo apoyaría sin importar qué.
Era el momento.
Salió apresuradamente al no escuchar nada a su alrededor, cuando llegó al cuarto donde estuvo albergado por tantos meses, la nostalgia le golpeó fuerte, eran tantos momentos y recuerdos los cuales sabe que con el tiempo dolerán tan solo recordar. Su mente solo repetía que era un omega ciego que no merecería a un alfa como Jungkook, no lo hacía.
Cuando metió la última prenda a la maleta, el dolor se prolongó haciendo que solloce, ¿qué estaba haciendo? Rogaba a la Luna que alguien lo detenga. Sus manos sudaban y temblaban al momento de cerrar la maleta, necesitaba salir, era tan cobarde que solo estaba huyendo sin querer dar explicaciones, sin mirar atrás como si nada de lo que vivió importó.
Sentía que cada vez dependía más de Jungkook y no quería ser consciente que a estas alturas estaba sobrevalorado su independencia, ambos inconscientemente no podían estar sin el otro.
Cobarde.
—¿qué haces?—. Una voz detrás de él lo dejó estático, sus manos se cerraron en puño haciendo que con sus cortas uñas se lastimara, no podía ni siquiera moverse un centímetro de su lugar—. ¿Jimin?
Jungkook desde su posición miraba los hombros totalmente rígidos del rubio haciendo que automáticamente su cuerpo tiemble de tensión, se preguntó por qué no le daba la cara y saltaba sobre él para tener mimos. Su ceño se frunció al mirar a su alrededor, todas las cosas estaban desordenas.
—¿qué sucede?—. Pregunto ahora con un extraño nudo en la garganta, ya nada de lo que miraba le daba buena pinta—. ¿Estás ordenando?
La pregunta fue tan estúpida porque al mínimo movimiento para acercarse miró dos maletas sobre la cama.
Sus orbes se empañaron al segundo y no fue capaz de procesar algo más ¿Esto era una clase de broma?
Su corazón latió apresurado, su tez de forma inevitable se volvió pálida. No entendí nada, no quería hacerlo ni tan poco quería preguntar... no podía.
Su interior gritaba conociendo la respuesta, más ignoro todo a su alrededor, guardando una esperanza desalentadora.—Jimin...—. Susurro de pronto, se sintió aterrado. Su alfa salió a flote con ganas de arrodillarse y pedir perdón sin saber el porqué—. ¿Q-que haces, B-bonito?
Sus ojos se empañaron sin permiso, se acercó rápido de forma torpe porque al parecer hasta sus piernas estaban queriendo fallar, trato de mirar al rubio, pero este estaba con los labios apretados tratando de retener algo de lo cual Jungkook no entendía.
—Te dejó Jungkook—. Por fin pudo salir del pequeño trance donde estaba perdido, mando a su omega muy adentro de su pecho, encerrándolo inconscientemente para que las emociones no lo aborden—. Me voy.
El rubio hizo dos movimientos quedando abajo las dos maletas tratando de correr, pero definitivamente Jungkook, en el shock donde estaba sumergido, surgió aterrado y miedoso.
—¿E-es.... Es Broma verdad?—. Cada palabra dicha dolía por el nudo en su garganta, el cual era amargo, se sentía crecer cada vez más, nada podía ser cierto... esto debía ser un mal sueño o una broma. —. ¿Q-que hice Bonito?
Sollozo ya sin entender el porqué lo estaba abandonando o tal vez si lo sabía, después de todo fue un cabrón desde siempre. El dolor en su pecho no cesaba, así que sus manos fueron a parar en su pecho en un intento de parar el duro bombeo de su corazón, si esto era un paro cardiaco prefería morir. Sus tobillos se debilitaron, jadeo estirando su brazo para tomar a Jimin, pero este dio un paso atrás sin ser consiente de que Jungkook cayó arrodillado con el dolor insoportable.
—N-no me dejes p-por favor—. Rogó soltando entre sollozos, a estas alturas no le importaba estar siendo un patético Alfa perdiendo su orgullo—. Jimin... no me abandones.
Miro los zapatos del rubio en su dirección y con la poca fuerza sobrante se arrastró hasta él quedando prendido de Jimin para rogar.
—Por favor...
—Por favor...
—No me dejes...
—No me dejes...
—No...
—No...
Repitió una y otra vez desgarrándose la garganta en el proceso porque el nudo era insoportable, ni siquiera podía levantar la mirada para verlo, no podía porque sabía que Jimin estaba estático mirando a la nada sin ni una lágrima adornando su rostro. Parecía que el rubio estaba gozando con esta situación, Jungkook lo sintió cayendo en cuenta que esto solo era una venganza.
—¡Perdón!—. Grito aferrándose más a las piernas del rubio—. ¡Perdóname por favor!
Estaba sufriendo, Jungkook y su lobo en cualquier momento perderían la conciencia con tanto dolor.
—No me dejes...—. Un intento de hacer entrar en razón al rubio se aferró más a su cuerpo suplicante—. Si quieres irte, déjame ir contigo, pero no me abandones, yo- yo... solo te seguiré y- y juro que no me sentirás... pero por favor no me separes de ti... Jimin por favor, por favor...
Jimin negó sin soltar una sola palabra, no sentía nada, solo ardor en su cuerpo y un peso terrible en el pecho, entendiendo que su omega se desgarraba luchando tratando de salir.
—Haré lo que sea sí, sí...—. Rogó y rogó negando una y otra vez con la cabeza. Quería despertar, jeon Jodidamente quería despertar de esa maldita pesadilla—. Te amo... Jimin.
Jungkook siguió con sus súplicas sin entender que nada cambiaría el rumbo de las cosas, su destino ya estaba predicho.
Cuando miro sus manos sobre sus piernas entendió que se merecía todo esto, dejo caer su cuerpo en el piso llorando como un niño pequeño, Jimin ya no estaba, Jimin se había vengado y lo merecía.
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Nota:
Jm tiene que crecer solo, en mi opinión jungkook lo ayuda pero no lo suficiente así que tiene muchas cosas las cuales superar y no lo ara si jk lo mantiene en una burbuja donde nadie lo toca ni le hace daño. Por ese motivo llegó el abuelo, jm no va sufrir más, tal ves se está yendo tomando una mala decisión pero de los errores se aprenden y sobre todo necesita curar. Así como jk tbn lo necesita porque inconscientemente tbn está dependiendo de Jm. En fin, es mi opinión así que a ver qué dicen ustedes ?
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𝐔𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 𝐚 𝐜𝐢𝐞𝐠𝐚𝐬. ©
RandomPrimer libro de: DESTINOS (1) Un omega con discapacidad desdichado en su familia y todo a su alrededor aprenderá de la peor manera el valor de "omega ciego" Con voluntad y esperanza emprende cada día los obstáculos que le depara. Para su mala suer...