JKEl año estaba acabado, no me sentía muy a gusto con nuestra relación, pero era mucho más agradable que antes.
Pero, sí. Existe un pero. Jimin está tenso, muy tenso para mi gusto.
Con la salida al acuario creí que todo mejoraría, pero al parecer creo que en muchas ocasiones arruino todo.
¿Esto es un don?
—Dejó eso ya Kook.—. Escuché la vocecita de Taehyung a mi alrededor.— Acabarás ebrio, joder.
Tiro de mí quitando el vaso de ron sobre mi mano.
—Estoy pensando y no estoy ebrio—. Fruncí el ceño—. Ya dame eso.
Trate de tomar de vuelta mi vaso, pero Yoongi me lo impedía.
—Vale, estoy frustrado.—. Solté de mala gana.
Les había contado todo lo del último mes y la lejanía de Jimin, no dejaba ni siquiera que le ayude con la mínima cosa. ¿No quería hacerlo sentir incapaz o menospreciarlo, pero tan difícil era dejarme que le ayude con cosas mínimas? Mi Lobo estaba refunfuñando en mi interior por atención y no precisamente de la mala. Quería mimos y eso me descoloco, mi Alfa precisamente morirá por ser mimado.
—Mira, Hobi nos matará si hablamos, pero...
Dirigí mi matada a ambos, prestando atención
—Quiero saberlo.—. Exigí.
—No, no. La última vez que Hobi se molestó, fue un desastre total. Cállate Taehyung—. Advirtió.
Fruncí más el ceño y gruñí bajo. Devolví mi mirada a Taehyung y lo sopase sabiendo que este hablaría si o sí.
Caerás.
—¡No me mires así!—. Chillo mirando a otra dirección.
No despegue mi mirada ni un solo segundo. Taehyung odiaba las miradas penetrantes, no le gustaba ser el centro de atención ni cargar con secretos.
Antes de poder imaginar lo que haría, Yoongi se encontraba comiéndole la boca a Taehyung.
—¡Pero qué mierda!—. Grite.— ¡Yoongi!
Estaba en shock, no sé si por el hecho de que Yoongi le esté besando o porque Taehyung se aferraba a este como si su vida dependiera de comerle hasta la campanilla.
—¡Sepárense ya, Joder!—. Dije tirando de ambos y sentándome interponiendo sus cuerpos.
—¿Beso de a tres?—. Dijo Taehyung divertido.
—¿Qué?—. Chille—. ¡No me toquen!
Tire hacia atrás mi cuerpo cuando quisieron unirse.
¡Jodidamente no!
Estos se tiraron a mi lado y rieron tan fuerte que tuve que taparles la boca.
—¡Puto asco!—. Volví a chillar al sentir mi mano llena de baba.— ¿qué mierda fue eso?
—¿un beso?—. Respondieron ambos.
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𝐔𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 𝐚 𝐜𝐢𝐞𝐠𝐚𝐬. ©
RandomPrimer libro de: DESTINOS (1) Un omega con discapacidad desdichado en su familia y todo a su alrededor aprenderá de la peor manera el valor de "omega ciego" Con voluntad y esperanza emprende cada día los obstáculos que le depara. Para su mala suer...