Me encontraba llamando a la señora Jameson, pies quería disculparme por lo sucedido la vez anterior - ¿Señora Jameson? - pregunté cuando dio señal
- Si es el chico que dijo que no quería saber nada de mi - dijo la mujer en un tono de burla
- Yo no dije eso. La mujer no dijo nada - Dije que no era de mi familia - al decirlo en alto me di cuenta de lo mal que sentían esas palabras. La señora Jameson seguía sin decir nada - Quería disculparme, siento todo lo que dije, es muy importante para mi, lo que pasa es que estaba enfadado, espero que pueda perdonarme
- No pasa nada, hijo - su voz volvía a ser alegre. Eso me alivio
- Gracias
- ¿Cómo te va todo? - preguntó
- Bien, he conseguido un trabajo y estoy viviendo con un amigo. Nada mas nombrarlo, haiden apareció en el salón con 2 mochilas
- Me alegro de que todo te valla bien
- Gracias, bueno, hablamos luego - me despedí
- Adiós
Nada mas colgar me centré en el chico, vestía con un mono de ciclista y un casco - ¿A donde vas? - pregunté
- Vamos - dijo lanzándome una mochila
- Es espero que no me hagas montar en bici. Aiden sonrió de forma burlona, por mi parte, me moría de vergüenza - Con migo no cuentes - dije rápidamente
- Venga voy a enseñarte unas vistas preciosas
- No
- ¿Por qué no? - preguntó molesto
- No quiero
- No será que no sabes montar en bici ¿verdad? Me puse rojo ante esas palabras - ¡No sabes montar en bici! - se sorprendió
- Pues no, no se - dije molesto. Aiden se acercó a mi. Eso hizo que mi corazón se acelerase.
- Yo puedo enseñarte - rodeo mi cuello con sus manos. Mi piel se erizó al instante, odiaba que fuese capaz de ponerse así
- Esta bien. El chico se acercó mas a mi, haciendo que una extraña sensación recorriese mi cuerpo, me fije en sus labios, quería probarlos, me quite rápidamente esos pensamientos de mi cabeza y me separo, Aiden se extraño.
- Te espero abajo - dijo el chico aun extrañado por mi actitud.
Una vez Aiden se fue me lleve mi mano a los labios, que estaba pasando, yo no soy así, además acaba de cumplir los 18 años, es solo un niño. Aparte esos sentimientos y baje con el.
************
Nos encontrábamos en un descampado, no había nadie cerca, eso me gustaba así no me moriría de vergüenza.
- ¿ Vas a enseñarme aquí? - pregunté
- Si, no hay nada ni nadie cerca, así que no podrás chocarte con nada ni atropellar a nadie - dijo eso ultimo con una tono de burla. Hice un puchero por su comentario - súbete a la bici - se rio. Una vez en la bicicleta, Aiden coloco una de sus manos en el manillar de la bici y su otra mano rodeo mi cintura, eso hizo que me sorprendiera - Es para que no te caigas - rio
- Está bien. Tenerlo cerca hacía que no tuviese tanto miedo a caerme, si algo pasaba el me salvaría.
Comencé a pedalear, al principio me costaba mantener el equilibrio, pero poco a poco fui mejorando. Fuimos a ese lugar durante una semana entera.
- ¡No me sueltes! - grite
- No te va a pasar nada - dijo Aiden soltando la bicicleta. Conseguí mantener el equilibrio y dar una vuelta completa al descampado. Cuando llegué donde Aiden, me baje de la bicicleta y me abalance sobre el, haciendo que se cállese al suelo. Me encontraba encima de el, viendo esos ojos color miel que me volvían loco. De repente esa extraña sensación volvió a mi, quería besarlo, cada vez tenia mas ganas, pero no podía, no quería que nuestra amistad se acabase por un estúpido beso. Me quite esos pensamientos de mi cabeza y me levante rápidamente, pude notar como Aiden me miraba raro, por mi actitud.
- Lo conseguí - dije finalmente
- Sabía que podrías - dijo acomodándose en el suelo. Me senté con el - Ya puedes venir con migo - sonrió
- Es necesario - me quejé. Aiden hizo un puchero en señal de enfado, no pude evitar abrazarlo.
Nos quedamos en silencio un rato viendo al suelo, ninguno sabía que decir, con el, hasta los silencios incomodos eran algo especial - ¿Cómo descubriste este sitio? - pregunté rompiendo el silencio
- Aquí fue donde yo aprendí a montar en bici - respondió
- Tu padre...
- No, fue uno de los educadores el centro de menores, mi padre nunca me ha enseñado nada. Eso me puso triste - ¿Cómo es que tu padre no te enseño a montar en bici? - preguntó
- No lo se, nunca me interesó, como ya te dije, siempre fui de quedarme en casa escribiendo.
*********
Era por la mañana, finalmente Aiden me había convencido para ir a montar en bici con el. Me encontraba en el baño vistiéndome un mono azul de ciclismo, me sentía raro, pues era muy apretado y estaba incomodo.
- No pienso salir así - dije saliendo del baño
- Si estas hermoso - dijo Aiden
- Estoy incómodo
- pronto te acostumbrarás, Venga vamos - hizo un puchero. No pude negarme, era jodidamente lindo.
Recorrimos por un paseo para ciclistas inexpertos, el camino cruzaba por un pequeño parque donde había un rio, era muy relajante escuchar el sonido de los pájaros y notar como el aire me daba en la cara. Delante mío iba Aiden, estaba guapísimo con el mono puesto, el traje era tan apretada que su hermoso culo se miraba mucho mejor, menos mal que no podía verme si no me hubiese llamado pervertido. Seguimos el camino hasta que una piedra me hizo caer. Aiden freno al instante.
- ¿Estás bien? - preguntó Aiden
- Si, solo me duele un poco la pierna
El chico remangó el pantalón de mi pierna derecha, estaba hinchada y roja, debía habérmela torcido al caer - Voy a curártela un poco - dijo sacando un pequeño botiquín de su mochila. Me hecho un spray y me vendo la pierna. Verlo curar mi pierna había hecho que me olvidase del dolor - Vamos a parar un rato - se sentó a mi lado.
Nos tumbamos en el césped del parque a contemplar el ruido. Decidí cerrar los ojos y centrarme en el entorno para olvidarme del dolor, noté como el aire estaba agitado, los árboles se movían muy rápido - Alguien está nervioso - pensé. Decidí centrarme en el cantar de los pájaros y el sonio del agua para relajarme, funcionó, poco a poco me fui metiendo mas en mis pensamientos. Cuando abrí los ojos me encontré mi cabeza apoyada en el pecho de Aiden, quise alejarme, pero el chico rodeo mi cuerpo con sus brazos para que no pudiese moverme, volví a apoyarme en su pecho, se sentía muy bien, me había olvidado por completo del dolor y oír el latir de su corazón me relajaba. El chico cogió su móvil y empezó a sonar Acaramelao de María Becerra
- Tu si sabes hacerme feliz. Aiden no dijo nada y me abrazó mas fuerte, por mi parte me puse a contemplar las nubes, pude ver una con forma de corazón - No te rías de mi - pensé viendo el cielo.
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Triunfar en Paris
RomanceSus padres han fallecido y la chica con la que lleva toda su vida le ha dejado, ya nada ata ha Austin a quedarse aquí. Decide irse a parís a cumplir su sueño, lo que no sabía es que alguien le cambiaría la vida.