Capítulo 10

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 Había pasado una semana desde mi entrevista en la radio. Me encontraba en el sofá esperando la llamada de la señora Jameson, pues el programa se subía a Spotify para que pudiese escucharlo todo el mundo.

- Hey, hoy no trabajas ¿Cierto? - Aiden apareció en el salón tan alegre como siempre.

- Hoy es lunes - revise el día en mi móvil - No, no trabajo - dije finalmente.

- Genial, entonces estas libre.

- ¿Qué te hace pensar eso? - pregunté ofendido.

- Ho, perdona, a hora que eres famoso tienes un montón de amigos y estas super solicitado - se burló.

- Eres malo - me cruce de brazos. 

- Quiero salir contigo - colocó su mano en mi pierna, eso hizo que una extraña corriente recorriese mi cuerpo. Me gustaba que me tocase, mi cuerpo latía a velocidades sobrehumanas, que solo el lograba despertar - Quiero seguir enseñándote París - su voz dulce me convecino.

- Esta bien - intenté no sonar ridículamente enamorado.

- ¡Genial! - celebró . No pude evitar sonreír, se veía tan lindo cuando se comportaba como un niño, era adorable. 

- ¿A donde vamos a ir? - pregunté. 

- Es una sorpresa, te recogeré a las 6 - dijo saliendo por la puerta. 

Adoraba que quisiese sorprenderme constantemente, pero lo que Aiden no sabía, era que cualquier lugar sería perfecto mientras estuviese con el.

                                                        **************

Estaba componiendo cuando mi teléfono empezó a sonar. Era la señora Jameson.

- Hola - salude.

- Hola hijo - la cariñosa voz de la mujer sonó al otro lado de la línea. 

- Bien, muy bien ¿Y usted? - pregunté .

- bien... 

- ¿Escuchó mi entrevista? - la interrumpí.

- Si - la mujer se rio al ver mi entusiasmo. Me calle para que continuase - Fue muy bonita, me alegra que sigas recordando a tus padres mediante la música y estoy muy contenta de que te este lleno todo bien. Esas palabras me llegaron al corazón, pues la señora Jameson me había visto crecer, me había cuidado innumerables veces, era como mi propia abuela y me alegraba que estuviese orgullosa de mi.

- Muchas gracias - noté como lagrimas salían de mis ojos.

- No llores, Austin, siempre estaré ahí para ti. Si tu eres feliz yo seré feliz - me consoló. Me sorprendía la capacidad que tenia de hacerme sentir bien, había sido siempre así, yo lloraba por algo y con 2 palabras ella conseguía animarme. Gracias a ella soy el chico que soy hoy día - ¿Qué tal te va todo? - preguntó. 

- Bien, sigo cantando en el bar y viviendo con Aiden y tengo una muy buena representante.

- Me alegro por ti, sobre todo de que tengas a un gran amigo. Se refería a Aiden.

- Si, Aiden es genial, es super divertido y me transmite una tranquilidad que pocas personas consiguen, me encanta estar con el, de hecho hoy saldré con el - intenté no sonar muy contento.

- ¿ Te gusta ese chico? - preguntó.

- ¿Qué? no, no, claro que no, ¿ De donde sacas eso? - no pude evitar sonar nervioso.

- No me mientas, Austin - se rio. Me sorprendía la facilidad que tenia para descubrir mis emociones.

- No miento - mentía, por alguna razón no quería decirle que me gustaba.

Triunfar en ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora