Capitulo 9

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Mikayla.

Debería de sentir arrepentimiento por lo que hice, por el daño que sé que le causé a Kiara cuando vio las fotos donde salía de la casa de Dean, pero no lo siento, no me arrepiento porque él me ha hecho sentir algo dentro de mi que no había sentido hace mucho tiempo... o más bien que no había querido sentir.
Siendo honesta, al ver a Dean entrar por la puerta del Grill buscándome por todos lados, causó que mi corazón diera un vuelco, como cuando Chris solía entrar por la ventana de mi habitación solo para verme, o cuando nos encontrábamos después de un día de no vernos.

Después de un rato en el auto, al fin llegamos a la casa de la managger de Dean, es pequeña pero lujosa, una cosa que jamás tendré. Ambos bajamos del auto y caminamos juntos hacia la puerta en donde no siquiera tenemos que tocar ya que la puerta se abre de golpe dejándonos ver a una mujer en traje negro a la medida y cabello corto color caramelo.

— Entren — ordena con voz autoritaria. Dean entra primero y después lo sigo hacia la sala de estar en donde toma asiento en él sillón de cuero negro — Siéntate — me ordena cuando ve que me quedo de pie, así que me obligo a sentarme junto a Dean con las manos sobre las rodillas un poco nerviosa. — Hablen. — demanda mientras toma asiento en la silla amarilla frente a nosotros.

— Tu me llamaste — espeta Dean

— Si y dije que resolveríamos esto — lo mira mal — así que hablen, quiero escuchar sus fabulosas ideas para salvar tu carrera.

— Mi carrera aún no se va a la mierda, no exageres — resopla

— Aún — remarca antes de enfocarse en mi — Mikayla Sloan — dice dejándome desconcertada por la rapidez con la que averiguó mi nombre — No solo me se tu nombre, querida — agrega como si leyera mi mente — Padre ausente, madre prostituta, hermano traficante — dice y bajo la mirada.

— El problema es mío — interviene Dean — Así que deja tus mierdas lejos de ella — sentencia

— Te equivocas — se pone de pie — el problema es de ambos.

— Aclararé que es un mal entendido y asunto resuelto — espeta

— ¿A si? — se cruza de brazos — ¿Y que vas a decir? ¿Que excusa pondrás para justificar que una chica salía de tu casa?

— Ya se me ocurrirá algo — asegura

— Olvídalo — resopla — ya me he encargado yo. — camina hacia una mesa de madera que está a unos cuantos pasos de nosotros y toma una tablet con estuche negro y una carpeta del mismo color — he hecho que se corra el rumor de que tienes una asistente personal — informa dejándonos perplejos a los dos — Eso justificará el porqué estaba en tu casa. — explica y me deja la tablet y la carpeta sobre las piernas.

— Imposible — sacudo la cabeza — Tengo dos trabajos y no puedo sumar uno más...

— Pues renuncia al resto — espeta como si mi obligación fuese decir si a todo lo que diga sin refutar — los dos ocasionaron  esto, así que los dos harán exactamente lo que diga para que el problema no se nos salga de las manos, ¿entendieron? — dice morándonos a cada uno antes de centrarse en mi nuevamente —¿O quieres que su carrera se vaya al caño?

— No, pero....

— Bien — me corta — asunto resuelto — sonríe llevándose las manos a la cintura — Y tú, habla con Kiara, haz las pases con ella y haz que regrese contigo. — demanda

— No — se pone de pie

— Yo no puedo renunciar así como así — aclaro haciendo lo mismo que Dean. La cafetería tal vez, pero el Midnight no, DJ me ha dado la oportunidad de cumplir mis sueños de cantar frente a los demás y no voy a renunciar a eso por un chico, no de nuevo.

Tentaciones Prohibidas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora