Capitulo 14

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Mikayla.

Como dije; la semana se me pasó demasiado rápido, entre pendientes, ratos con Dean, trabajo y películas en su casa, los días se fueron volando y hoy es la fiesta que Kiara le organizó a Dean antes de irse de viaje.
Justo ahora estoy en su casa y trato de bajar todas sus cosas a la planta baja para que el chofer se encargue de guardar todo en la limusina que nos llevará mañana por la mañana al aeropuerto, pero estoy en una lucha con sus maletas <<¿Acaso carga piedras?>> resoplo y me sujeto el cabello con la pinza que llevo en la bolsa, me acomodo bien la correa de mi bolsa en los hombros y vuelvo a arrastrar las dos maletas hacia las escaleras.

— ¿Que haces? — Dean sale del baño recién duchado y con una toalla envuelta en la cintura dejándome el torso a la vista para contemplar los abdominales marcados que me hacen babear y.... — ¿Te gusta lo que ves? — se burla

— ¿Acaso llevas un cadaver dentro de las maletas? — resoplo cambiando de tema.

— Te dije que yo las bajaría — se ríe y camina hacia mí para quitarme las maletas y bajarlas hasta el recibidor. — eres muy impaciente — sacude la cabeza y me cruzo de brazos mirándolo mal.

— Y tú un desorganizado — lo reprendo — mañana no nos dará tiempo de hacerlo y podríamos perder el vuelo, ¿eso quieres?

— No seas tan gruñona — se me acerca y me da un beso en la frente antes de volver a la segunda planta. Me cuesta admitir que me estoy acostumbrando a sus muestras de afecto improvisadas, en especial porque sé que al momento de admitirlo lo qué hay entre ambos será real y eso me aterra.

— No soy gruñona — murmuro para mi misma y suelto un suspiro para después volver a alinear mi cabello en su lugar y poder ir a la cocina por algo para beber. Tarareo una canción en el camino y abro las puertas del refrigerador de par en par para poder analizar que me gustaría tomar... jugo de naranja; no. Soda; no. Jugo de uva; no... resoplo y tomo la coca cola en lata — ser fitness nunca ha sido mi fuerte — me digo a mi misma y abro la lata tomando asiento en uno de los bancos de la mesa.

— La coca cola es mala para el riñón — aparece Dean perfectamente vestido en pantalón, camisa y tenis negros — te estás matando lentamente — dice con burla mientras toma uno de sus jugos verdes del refrigerador.

— Nada de lo que digas me hará olvidar la coca cola — refuto haciendo una mueca — Y si vuelves a insultarla tendré que golpearte — advierto haciéndolo reír

— Cada día me sorprendes más Mikayla Sloan — sacude la cabeza

— Oye, tu pediste que te dejara conocerme — me encojo de hombros — te dije que cuando me conocieras de verdad cabría la posibilidad de que te alejaras de mi.

— Quiero hacer de todo menos alejarme de ti — se me acerca — eso tenlo por seguro, Sloan — me guiña un ojo y cuando intenta besarme lo aparto.

— Eso es por insultar la coca cola — bromeo y me bajo del banco para ir hacia la entrada — Debemos irnos ahora, tenemos que arreglar unos detalles con Ellis en su casa antes de ir directo a la de Kiara para tu gran fiesta de despedida — finjo emoción — mis maletas ya están en el mismo auto que nos movilizará mañana al aeropuerto.

— Perfecto — asiente — Ya he llamado a mi madre y sabe que llegamos mañana por la tarde a casa — informa provocando que me tiemblen las extremidades del cuerpo por los nervios. Se que no soy su novia, pero aún así soy consciente de qué hay "algo" y me da ansiedad saber que mañana conoceré a su madre y sus hermanos... conoceré la vida que el resto de la gente no conoce y en parte me agrada pero en parte me pone los pelos de punta porque es algo más íntimo... me estaré metiendo en su vida; en la real... y eso da miedo.

Tentaciones Prohibidas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora