Capitulo 16

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Mikayla.

Al caer la noche, las olas del mar y la brisa de la playa se convierten en un sonido de lo más relajante, debo admitir que justo ahora estoy feliz de que Dean me haya traído con él, su madre es perfecta, siempre trata de darme todo lo que necesite incluso cuando no necesito nada. Sus hermanos... si son unos huracanes como dijo el, pero con mi presencia se comportan; a excepción de Sam, desde que llegue me ha proclamado su nueva mejor amiga y hasta apenas hace una hora que se cansó de mostrarme todas las cosas en su habitación, fue cuando pude darme la oportunidad para sentarme en el pórtico trasero con vista al mar. Phoebe me presto una manta de color gris para poder cubrirme de la brisa fresca y así lograr quedarme aquí afuera todo el tiempo que necesite, mientras que Dean y ella hablan con la enfermera que se encarga de dar seguimiento al tratamiento de su madre.

Realmente no quiero ni imaginar lo que él debe de estar sintiendo, ni mucho menos lo que Phoebe debe estar sintiendo por la constante lucha contra una enfermedad tan agresiva como lo es el cáncer.

— Creí que ya habías subido a la habitación.. — la voz de Dean me hace girar hacia la puerta corrediza para mirarlo caminar a paso lento hacia mí con las manos metidas en sus bolsillos, suspira y toma asiento en el mismo sillón exterior que yo. No trae buena cara pero no sé si deba preguntar al respecto... el tema de su madre no es algo que me corresponda y si él quiere decírmelo, lo hará por sí solo.

— Se siente tan pacifico aquí — me encojo de hombros y vuelvo a enfocar mi vista en el mar — la brisa.... El sonido de las olas... no recuerdo cuando fue la última vez que visite la playa y me detuve a respirar y meditar con la magnífica sensación que te brinda un lugar así... — respiro profundo.

— Mañana...— Habla y puedo detectar como su voz se escucha débil antes de que se aclare la garganta — Acompañare a mi madre al hospital para su revisión de rutina — informa haciendo que vuelva a mirarlo a los ojos.

— ¿Ella está bien? — pregunto.

— Si — asiente sin mirarme — Hable con Romina, y dice que se ha sentido un poco cansada últimamente por las quimioterapias y el nuevo tratamiento que le recetaron — explica tomándome por sorpresa. Cualquiera que la vea y hable con ella por un rato juraría que está perfectamente bien, yo juraría eso, porque luce como alguien feliz, sana y con demasiadas fuerzas y ganas de estar de pie. — Ella es buena ocultándolo — agrega como si leyera mi mente. — trata de ser fuerte por nosotros, pero por más que intente ocultarlo es más que obvio en su rostro lo cansada que se siente en verdad.

— Tu madre es fuerte — le digo — llevo aquí cinco horas y desearía haber tenido una madre como ella. — confieso — Una madre que a pesar de estar sufriendo internamente, mantiene una sonrisa y hace el intento de ser como un maldito roble por sus hijos. — agrego viendo como sus ojos se iluminan por la forma en que me expreso de su madre, pero no digo más que la verdad — ella es de admirar.

— Lo es — asegura esbozando una sonrisa que permanece en su rostro por un rato más sin apartar la vista de mí.

— ¿Qué? — me rio nerviosa

— Es curioso como cada día haces que me enamore de ti sin querer — suelta provocando que mi corazón se detenga. — Puede que tu madre no haya sido lo que esperabas, pero te hizo lo que eres hoy, y la persona que tengo frente a mí también es de admirar. — lo dice con una seguridad que enciende una oleada de calor que abruma mi pecho... No soy ciega y sé que Dean ha hecho infinitos esfuerzos por lograr llegar a mí, y así como él dice estar enamorándose... creo que yo estoy haciendo lo mismo; la cuestión ahora es si voy a permitir que eso se mantenga así o lo cortare de raíz antes de que no tenga ninguna salida y mi corazón ya este comprometido.

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