Blue (Jenlisa)

Capítulo 30

Las dos chicas se sentaron en silencio por un rato, sintiendo tantas emociones diferentes a la vez. Jennie finalmente levantó la cabeza y apretó la mano de Lisa. Se reunieron sus ojos por unos momentos y Jennie asintió suavemente, haciéndole saber que estaba lista para salir.

Lisa se levantó antes de ayudar a Jennie a ponerse de pie. Hubo un silencio cómodo entre ellas. Las dos estaban en un estado de conocimiento. Las chicas estaban lo suficientemente cerca que las palabras no eran necesarias. Simplemente lo sabían Ninguna de ellas había experimentado eso con alguien.
                 
Jennie apoyó la cabeza en el hombro de Lisa mientras se abrían paso entre el gimnasio y a todo el frente de la escuela. El camino a casa fue silencioso. Fue en este punto que Lisa comenzó a preguntarse cuando Jennie diría algo. Quería saber lo que estaba pensando.

La casa estaba llena cuando regresaron. Lisa tiró de la mano de Jennie, tratando de llevarla al piso de arriba antes de que alguien descubriera que estaban de vuelta. Por desgracia, fueron interrumpidas por pequeños pasos que se acercaban por la escalera.
                   
Maggie inclinó la cabeza hacia un lado cuando vio a las dos chicas. Ella se dio cuenta de inmediato que algo andaba mal.

—¿Por qué estás triste?—la pequeña rubia saltó los dos últimos escalones y tiró suavemente de la manga de Jennie para conseguir que mirara hacia abajo—¿Qué pasa, Jennnniee?

Lisa abrió la boca para detener a Maggie, pero Jennie se le adelantó.

—Lastimé a Li—susurró Jennie, sacudiendo la cabeza. Lisa levantó una ceja, pero antes de que alguien pudiera responder, Lisa oyó el eco de la voz de su padre a través de la casa.

—¿Lisa? ¿Estás en casa? ¡Necesito tu ayuda con algo!

La chica de ojos mieles miró a Jennie, pero su novia sorprendentemente asintió para que ella fuera.

—¿Estás segura?—susurró Lisa. Jennie se limitó a asentir. Lisa se mordió el labio, vacilante, pero corrió hacia el otro lado de la casa para ver lo que su padre necesitaba.
                  
Maggie tiró de la manga de Jennie, una vez más para obtener su atención.

—Siempre hablo con mami cuando estoy triste y ella me ayuda. Vamos—Maggie jaló a Jennie en dirección a las escaleras.

Jennie se mordió el labio, permitiendo a la niña más pequeña la llevara arriba y al dormitorio principal.

—Mami, Jennnniee está triste—Maggie hizo un puchero, soltando la mano de Jennie y arrastrándose sobre la cama donde la madre de Lisa estaba sentada con un libro en sus manos. La mujer levantó la vista cuando Maggie le agarró la mano.

—¿Qué?—Yong-sun miró a Jennie, que estaba de pie tímidamente en la puerta con su cabeza hacia el suelo.

—Ella dijo que lastimó a Lisa—susurró Maggie. La mujer levantó una ceja y se volvió hacia su hija.

—¿Puedes ayudar a Minnie con la cena? Esta es una conversación de mayores—Yong-sun le dio a Maggie una suave sonrisa. La pequeña niña asintió con la cabeza, saltando de la cama y pasando por Jennie fuera de la habitación.

—Ven, siéntate—Yong-sun se dirigió a la chica de ojos café, acariciando el borde de la cama. Jennie levantó la vista lentamente. No estaba segura si Yong-sun hablaba en serio o no. Vacilante, la chica más pequeña avanzó hasta la cama y se sentó lentamente.

—No estoy enojada contigo, Jennie—la mujer se rió en voz baja, incitando a Jennie a acercarse más.

—La lastimé—susurró Jennie. Ella sacudió la cabeza y miró hacia abajo. No le gustaba saber que una vez había tenido un efecto negativo en Lisa. Solo quería hacer cosas buenas para ella.