—¿Estás lista, Jen?—Rosé llamó suavemente a la puerta del dormitorio. Jennie se puso el gorro en la cabeza y caminó hacia la puerta, abriéndola lentamente y sonriendo al ver a la chica más alta al otro lado.
—Lista—Jennie asintió una vez—¿Lisa estará aquí cuando volvamos?
—Ella regresa de clase en una hora—Rosé abrió más la puerta y le indicó a Jennie que la siguiera. Jennie tenía su cita de terapia semanal ese día.
—No me gusta ir—Jennie confesó mientras seguía a Rosé al coche. La chica neozelandesa levantó una ceja, asegurándose de que Jennie se abrochara el cinturón de seguridad antes de salir a la calle.
—¿Por qué no?—preguntó Rosé. Jennie suspiró y sacudió la cabeza.
—Yo no la conozco—Jennie subió sus piernas hasta su pecho y miró por la ventana—Ella no me conoce. Los extraños no son amigos.
—Entiendo lo que quieres decir—dijo Rosé con honestidad—Pero ella es un médico, al menos tienes que tratar de dejar que te ayude.
—¿Por qué necesito ayuda?—Jennie levantó la cabeza y miró a la chica más alta. No entendía por qué tenía que ir.
—No estoy segura—Rosé movió sus dedos sobre el volante—Hay algunas cosas que tienes que trabajar, eso es todo. Todo el mundo tiene que trabajar en algunas cosas. Tu solo necesitas un poco de ayuda extra.
—Pero no todo el mundo tiene que ir a hablar con un extraño—Jennie suspiró. Esto hizo que se sintiera diferente. La hacía sentir estúpida. ¿Por qué era ella la única persona que necesitaba ayuda?
—Eso es mentira—Rosé se encogió de hombros—A veces tengo que ir después de clase y obtener ayuda de mi profesor. Es prácticamente lo mismo. Es solo que necesito ayuda con bailar en tacones, y tú necesitas ayuda con tus emociones. No es nada de lo que avergonzarse.
Jennie asintió lentamente. Lo que Rosé estaba diciendo estaba empezando a tener sentido. Pero ella aún no podía dejar de lado el hecho de que se sentía diferente. Tampoco no de la buena clase de diferente. El tipo de diferente, que hacía que la gente se te quedara mirando cuando estabas en público.
Una vez que llegaron a la oficina del médico, Jennie fue llevada de vuelta a la pequeña habitación. Se sentó en la misma silla roja que se había sentado en múltiples ocasiones. Había unas cuantas sillas diferentes en la habitación, pero ella eligió la roja porque era la más alejada del escritorio del terapeuta.
—¿Cómo han estado las cosas en casa, Jennie?—la mujer de cabello oscuro levantó la vista de su escritorio. Jennie bajó la cabeza y jugó con sus manos nerviosamente.
—Bien—se encogió de hombros y tiró del beanie en su cabeza. Ella recordó, que Lisa se lo había dado. Era su beanie de la suerte. Mientras Jennie lo llevara, ella podía hacer cualquier cosa.
—¿Qué has estado haciendo desde la última vez que nos vimos?—la mujer golpeó su lápiz contra su escritorio. El ruido hizo que la ansiedad de Jennie aumentara.
—Fui a clase con Lili—Jennie recordó, sintiendo una pequeña sonrisa formándose en su rostro.
—¿No querrás decir Lisa?—preguntó la mujer. Jennie asintió.
—Eso es lo que dije—la chica más pequeña se puso nerviosa—Su nombre es Lili. Solo yo puedo llamarla así. Ella es mi Lili.
—Oh—la terapeuta anotó algo. A Jennie no le gustaban sus expresiones faciales. Le preocupaban.
—He hecho un amigo, también—Jennie espetó. Ella sabía que cada vez que la mujer escribía algo era que ella había dicho algo malo—Dos.
—¿Los hiciste?—la mujer levantó la vista—Háblame de ellos.
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Blue (Jenlisa)
FanfictionSegundo libro de la trilogía 'YELLOW' Luego de un largo y prolongado camino, Lisa finalmente cree que ella y Jennie han llegado a la luz del final del túnel. Pero cuando el pasado vuelve a atraparlas, se encuentran en un nuevo juego. El cambio de re...