Capítulo 35

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Lisa se despertó a la mañana siguiente un poco confundida cuando no sintió el calor de su novia a su lado. Sus ojos se abrieron y inmediatamente vio la pequeña figura al otro lado de la habitación, desplomada contra la pared.

Lentamente se incorporó, secándose los ojos y frunciendo las cejas en confusión. Jennie estaba profundamente dormida, el diario tirado abierto a su lado. Su cabeza colgaba hacia abajo causando que su cabello oscuro cayera por la cara. Se veía adorable, pero Lisa estaba distraída por el hecho de que Jennie no estaba dormida en la cama.

—¿Nini?—susurró Lisa, rodando fuera de la cama y arrodillándose junto a la chica—Jennnnie—tarareó en voz baja, ahuecando las mejillas de la chica y quitando el cabello de su cara. Los suaves ojos café se abrieron suavemente y se encontraron los de ella, la confusión se reflejaba en sus rasgos.

—¿Me quedé dormida?—la voz de Jennie era ronca. Lisa levantó una ceja, asintiendo con la cabeza suavemente. Jennie al instante frunció el ceño, sentándose y buscó el diario en el suelo.

—¿Por qué estabas aquí?—preguntó Lisa, mirando como Jennie recuperaba el diario y se aferró a él con fuerza. El rostro de la pequeña chica se quedó inmóvil al oír la pregunta de Lisa, y se mordió el labio nerviosamente.

—Yo...—Jennie se detuvo, llevándose las manos sobre su boca y bostezando—Yo no quiero dormir. Estoy cansada de las pesadillas.
                   
Lisa se mordió el labio y suspiró, dándole a su novia un asentimiento compresivo.

—Necesitas dormir, boba—se rió nerviosamente, poniéndose de pie y agachándose. Jennie se rió suavemente cuando Lisa la tomó en brazos, llevándola a la cama.

—Solo descansa un poco, ¿si? Tengo algunas cosas que hacer y luego saldremos—explicó Lisa, entregándole a Jennie una manta. La pequeña chica la miró con curiosidad, pero se las arregló para darle un movimiento de cabeza suave.

—Te amo—susurró Lisa, inclinándose y besando la frente de Jennie—Voy a estar abajo.

Jennie se acurrucó bajo las mantas, escuchando los pasos de Lisa desaparecer de la habitación. Mientras tanto, la chica de ojos mieles bajó las escaleras y entró a la cocina.

Alrededor de una hora más tarde, Lisa se limpió las manos y puso el último de los alimentos en su canasta de picnic. Justo cuando lo hizo, se escucharon pequeños pasos bajando las escaleras. Jennie tiró de su beanie, mirando hacia la cocina y sonriendo al ver a Lisa.

—¿Qué es esto?—preguntó en voz baja Jennie, colocándose al lado de Lisa y mirando en la canasta. Ella frunció las cejas y miró a su novia—¿Para qué es esto?

—Pensé en empacar un almuerzo—Lisa se encogió de hombros—¿Está bien?

Jennie asintió rápidamente.

—Me gusta la comida—ella se rió—¿A dónde vamos?

Lisa apretó los labios y pensó por un momento, con ganas de explicarlo lo mejor que podía.

—Vamos a... visitar... a algunas personas que debes conocer bastante bien—Lisa asintió suavemente. Jennie levantó una ceja, pero no cuestionó.

—Vamos, boba—Lisa se rió y señaló los zapatos de Jennie a la chica más pequeña. Jennie se los puso, mirando a Lisa y riendo en voz baja cuando la chica se inclinó para ayudarla a atar sus cordones.
                   
Jennie tenía un montón de preguntas, cuando conducían. Lisa hizo todo lo posible para evitarlas, intentando distraer a Jennie con la radio. Finalmente, llegaron al pequeño parque. Jennie levantó una ceja en confusión, pero siguió a Lisa cuando la chica tomó la comida y la conducía a un trozo soleado de hierba.

Blue (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora