Capítulo 15

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TRIGGER WARNING - hay abuso/violencia en este capítulo. POR FAVOR si son sensibles a este tema no lo lean. Es mejor que lo omitan, y empiecen a leer cuando las letras cursivas (flashback de Jennie) hayan terminado.

Jennie se paró frente al espejo, limpiando descuidadamente el maquillaje de su rostro. Ni siquiera había querido ir a la estúpida fiesta, pero las chicas del equipo de animadoras la habían convencido para ir. Sin embargo, tan pronto como habían llegado allí, había sido completamente abandonada. Al no tener a nadie con quien hablar, Jennie se fue a casa. En la lluvia.

Ella resopló, agarrando con sus pequeños dedos los bordes de la mesa y la cabeza colgando hacia abajo para tomar una respiración profunda. Como si su día no pudiera ser peor, oyó fuertes pisadas subiendo las escaleras.

Rápidamente, Jennie cambió el interruptor de la luz a apagado y se presionó contra la puerta del baño. A medida que los pasos se acercaban, casi podía oír su corazón golpeando contra su pecho. Hoy no. No esta noche.

Los pasos se detuvieron frente a la puerta, y momentos más tarde la voz de su tío apareció a pulgadas de distancia de su oído.

—¿Dónde has estado?

Jennie hizo una mueca, apretando sus ojos. Solo quédate en silencio. Con el tiempo se va a dar por vencido y bajara las escaleras. Desafortunadamente, no pudo evitar jadear cuando él golpeó su mano contra la puerta.

—Ruby, ¿dónde has estado?—su voz era baja e intimidante—Sal de ahí. Ahora.

Jennie se estremeció. Apretando la mandíbula, se volvió lentamente y abrió la puerta. De inmediato, olió el alcohol en el aliento del hombre mayor. Le revolvió el estómago.

—Solo estaba-

—No—la interrumpió, dando un paso hacia delante. Jennie dio un paso hacia atrás, a cambio, mordiéndose el labio cuando su espalda pegó con la pared. Sus ojos recorrieron el pasillo vacío, desesperada por algún tipo de escape.

—¿Te has estado saliendo a hurtadillas de nuevo?—se burló, inclinando la cabeza hacia un lado e inclinándose hacia delante. Jennie simplemente guardó silencio. El silencio era mejor que cualquier cosa que pudiera decir—Pensé que aprendiste la lección la última vez—gruñó.

—¡Habla, chica!—le presionó su hombro con su dedo índice. La pequeña chica respiró hondo y se mordió el labio, evitando encontrarse con sus ojos. El aire olía a alcohol y le picaban los ojos, ayudando a las lágrimas que ya amenazaban con caer.

—El equipo de animadoras quería que yo fuera a la fiesta...—dijo Jennie suavemente, inclinando la cabeza hacia abajo. Ella cerró los ojos, deseando que pudiera hacer clic con sus talones y mágicamente hacer todo eso desaparecer. Pero esto no era una película. Esta era la vida real. Demasiado real, en su opinión.

—Tonterías—escupió. Jennie inhaló bruscamente cuando él le tomó la barbilla con la mano, levantando su cara y la obligó a mirarlo a los ojos.

Después de unos segundos de silencio, Jennie miró a la pequeña mesa en el pasillo. Sus ojos se posaron en una foto de su tía Bae y ella, en una de sus fiestas de cumpleaños. Por alguna extraña razón, una pequeña sonrisa se formó en su rostro.

Sin embargo, disminuyó rápidamente. Al segundo que su tío vio lo que estaba viendo, le dio la espalda y agarró el cuadro para que saliera volando por el pasillo. Este chocó con la pared, lo que provocó que volaran pequeños cristales en todas direcciones.

Blue (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora