Blue (Jenlisa)

Capítulo 33

—¡Detente!

La voz de Jennie atravesó el aire vacío, casi causando que Lisa se desviara de la carretera. Lisa redujo la velocidad, y antes de que pudiera preguntar a Jennie lo que estaba mal, la chica más pequeña estaba saliendo del coche.

—¡Jennie!—Lisa la llamó en estado de shock, aparcando el coche de forma rápida y persiguiéndola. ¿Qué demonios estaba haciendo?

—¡Jennie!—Lisa gritó aún más fuerte, dando vueltas alrededor de la casa en la  que Jennie había desaparecido detrás. Ella clavó los pies en el suelo, mirando a su alrededor frenéticamente por la chica más pequeña. Sus ojos se dirigieron inmediatamente hacia los árboles en la parte trasera de la propiedad cuando oyó un ruido.

—¿Nini?—Lisa gritó otra vez, abriéndose paso entre la maleza encontrando a la pequeña chica arrodillada en pequeño pedazo de hierba, apartando las hojas.

—¿Qué... ¿por qué...?—Lisa tosió, recuperando el aliento. Jennie negó con la cabeza, obviamente, para concentrarse en algo. Lisa se confundió aún más cuando Jennie jadeó y empezó a cavar en un trozo de tierra en la base del árbol.

—Estoy tan confundida—Lisa suspiró, sacudiendo la cabeza y apoyándose en un árbol para tratar de recuperar el aliento. Momentos más tarde, Jennie estaba tirando una especie de caja de metal fuera de la tierra, colocándola en el suelo y acariciándola. La mandíbula de Lisa cayó.

—¿Cómo... tú solo... ¿qué?—Lisa tropezó con sus palabras, agachándose al lado de Jennie, quien recorría suavemente sus dedos sobre la antigua lonchera metálica.

—¿Por qué traes una pala?—preguntó Jennie, tratando de mantenerse al paso con su padre mientras descendían por la colina en su patio trasero y en la parte frontal de los bosques.

—Tenemos que enterrarlo para mantenerlo a salvo—se rió entre dientes, agachándose y apretando su hombro.

—De manera que yo lo encuentre cuando sea una anciana—Jennie se rió y levantó la mirada hacia él, abrazando la lonchera de metal contra su pecho, el contenido sonaba en el interior mientras caminaban.

—No tan grande—se rió y negó con la cabeza—Hice lo mismo cuando tenía tu edad y lo desenterré en mi cumpleaños 17. Todavía la tengo, probablemente almacenada en algún lugar en el sótano—empujó el arbusto a un lado y dejó que Jennie entrara en el bosque al lado de él—Algún día vendrás aquí cuando seas adolescente y recordaras haber enterrado todas estas cosas cuando eras una niña. Te gustará ver lo que era importante para ti en este momento en tu vida.

—Elige un lugar—asintió con la cabeza hacia el pequeño claro entre los árboles. Jennie dio un paso hacia delante y con cuidado inspeccionó él terreno atentamente, decidida a elegir el lugar perfecto para enterrar su cápsula del tiempo.

—¡Justo aquí!—exclamó Jennie, apuntando hacia la parte inferior de un gran árbol—Así voy a saber exactamente donde lo puse.

—Esa es una buena idea—él dijo riendo, tocando el punto en la base del árbol con su zapato—¿Justo aquí?—Jennie asintió felizmente, dando un paso hacia atrás mientras su padre clavó la pala en el suelo.

Muy pronto, Jennie fue capaz de dejar suavemente la caja de metal en el agujero que su padre había cavado. Ella usó sus manos para ayudarle a rellenar el agujero con tierra, viendo como su lonchera pronto fue completamente inmersa en el suelo.

La pequeña niña se puso de pie, sacudiendo sus manos y ayudando a su padre a pisar en la tierra. Ella sonrió con orgullo una vez que terminaron.