Chapter Thirteen: A Drawing With Sticks

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Veníamos caminando despacio, disfrutando de la noche noche estrellada que había sobre nosotros. El bar cerraba a eso de las tres de la mañana, así que teníamos tiempo para llegar y quedarnos ahí un rato.

-Oye -dijo Gareth-, ¿qué te parece si después de ir al bar, si no te cansas de mí, vamos a dar un paseo por el bosque?

-Sí, me gusta la idea -contesté-. Pero, ¿cómo puedes creer que me cansaría de ti, Gareth Emerson?

-No lo sé -respondió-. Supongo que es sólo una leve sensación de que algún día te aburrirás de mí -murmuró y yo me detuve para mirarlo.

Él se volteó. Me miró a los ojos y yo a él. Puse mis manos en sus mejillas, le di un beso en la punta de la nariz y luego un beso corto en los labios.

-Eso es imposible, Gary -dije-. Eres la única persona de la que nunca me voy a aburrir, dalo por hecho.

Él sonrió y me abrazó. No pasaron ni dos segundos y yo ya había correspondido su abrazo con uno aún más fuerte y cálido.
Nos separamos y seguimos caminando hasta llegar al bar.

. . .

Nos sentamos en la barra y pedimos la primera ronda de cervezas. Una para cada uno.

-¿Sabes, linda? -me giré verlo mientras le daba un trago a la botella-. Soy consciente de que las cervezas que estabas tomando aquella noche en que me mudé no estaban rebajadas -yo me reí.

-Lo sé, ¿quién rebaja la cerveza? -cuestioné y él se rió-. Tu sonrisa es muy bonita, Gary -dije de la nada. Bajó la cabeza, tratando de ocultar el sonrojo. Yo me reí por lo bajo.

-¿L- la mía? -se rascó la nuca nervioso-. Gracias -sonrió-. A mí me gusta tu color de ojos.

-Gracias... no son mi cosa favorita, pero me agradan -contesté.

. . .

Unas horas después, nos aburrimos de estar en el bar, así que pagamos la cuenta y nos fuimos al bosque, como lo habíamos planeado antes.

Empezamos a caminar hacia las afueras del pueblo, tomados de la mano.

-¡Ay, mira! -dijo y me soltó.

Corrió hacia un costado de la calle y levantó un plumón del suelo.

-Ay no -dije yo, riendo mientras él se acercaba a mí con el plumón en la mano.

-Falta mucho para llegar al bosque -comentó haciendo puchero cuando llegó conmigo.

-¿Qué tal si vamos a mi casa? -sugerí-. No estamos tan lejos, podemos entrar por la ventana.

-¿Crees que tus padres me dejen quedarme a dormir? -preguntó.

-¿Quieres quedarte? -él asintió, sonriendo.

-De acuerdo -le dediqué una sonrisa-. Vamos, Emerson -agregué.

Caminamos hasta mi casa. Al llegar, le dije a Gareth que me siguiera de cerca al subir, ya que había dos posibles problemas. Número uno: podía vernos alguien. Número dos: si esperaba a que yo subiese a mi habitación, él se quedaría abajo porque no podría ayudarlo a subir.
Una vez que entramos, me recosté boca arriba en mi cama y él se sentó a mi lado.

Cerré los ojos. Estaba tranquila, a punto de dormirme, cuando escuché que Gareth abría el plumón que había encontrado en la calle; no le presté atención, o al menos no lo hice hasta que comencé a sentir algo frío en el brazo. Abrí los ojos y lo que vi no me sorprendió en absoluto: Gareth estaba sosteniendo mi brazo, con su mano llena de anillos (que estaban congelados), para poder dibujar.

I'm a Freak, You're a Freak, We're Freaks || Gareth Emerson || CanceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora