Capítulo 0

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 Las paredes se estrechan, parece que el techo se iba a caer encima mía aplastándome, lo cual tampoco me desagradaba, no soportaba seguir ahí, quería salir, huir a un sitio sin monstruos que caminan a dos patas y me gritaban por cada cosa que hacía, sin pinchos ni líquidos extraños que hacían que mis huesos se volvieran tan frágiles que a la mínima corriente se volvieran polvo.

Una vez más, la puerta de hierro de la habitación se abrió acompañada de su característico chirrido, lo diferente es que está vez sería la última que uno de esos engendros me llevara a rastras por un pasillo lleno de lamentos y gruñidos. Salí corriendo por el pasillo, no me consideraban peligroso así que no requería mucha seguridad, o eso les había escuchado decir. Salté a todos los que podía saltar y esquivé a todos los que podía esquivar, así hasta chocar con una barrera invisible que me abrió el paso cuando la empujé

Tenía entendido que encima de mi cabeza habría un manto de color llamativo, este era triste, lloraba un líquido que me hacía temblar, el aire chocaba conmigo y me ponía los pelos de punta. El suelo tenía una capa verde, de ella sobresalían cosas alargadas que me arañaba manos y pies pero no me importó, ya había llegado muy lejos como para volver a ese sitio.

Cuando salí de toda esa maraña de palos arañazos y trampas en las que se me hundían las manos, me encontré con mucho ruido, una claridad que me nublaba la vista y muchos engendros a dos patas. Todos me gritaban lanzándose cosas pero ninguno me paró, lo que me hizo frenar fue el repentino dolor en mis ojos y mi líquido rojizo brotando de ellos, la sensación de que algo me apretaba el pecho y el pitido en mis oídos

Co (Más que un escorpión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora