Capítulo 24

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—Vale, Co es otro mutante que parece un escorpión

—¿Un escorpión humanoide?

—No me interrumpas— Sindy asintió —Tiene muchos brazos y una cola, venenosa— aclaré —Co es un experimento de mi padre, tiene mi edad y lo conocí cuando tenía cinco porque mi padre trabaja ahí y blablabla... eso ya lo hemos dicho

—¿Lo conociste cuando era humano?

—No. No interrumpas. El punto, un día saliendo del trabajo me lo encontré en la basura y me lo quedé porque me dio pena— dieciséis siseó y yo le miré mal —Resulta, que para evitar que se muera necesito un suero mágico que producen en el laboratorio, igual que el que usa dieciséis, y para conseguirlo voy a tener que colarme en el sitio y robarlo

—Pídeselo a tu padre ¿No has dicho que trabaj-

—¡No le voy a pedir nada a mi padre!— la interrumpí, que pesados todos con mi padre... —Lo importante, a lo largo de este mes he descubierto que los mutan para que no hablen, que siguen órdenes como perros, que sangran y se curan muy rápido, ya dependiendo del mutante tienen veneno o no, más ojos o brazos... He descubierto que el suero raro es crucial para que sigan mutando, que los científicos tienen una plantilla con toda la información, plantilla de la cual tengo solo la mitad, tengo que conseguir la otra, aunque ya la tengo localizada, solo tengo que ir a por ella...— robando el portátil que utiliza mi padre para el trabajo y que se lleva a todas partes —Otra cosa, si no les das el suero comienzan a temblar y retorcerse, eso significa que se mueren, por eso necesito el suero pronto. ¿Qué más...? A sí, hace poco nos atacó un mutante alto, feo, calvo, con cara deforme, huesudo, asqueroso, que, curiosamente— miré recelosa a dieciséis —Es el mismo que ha lanzado a dieciséis de un tercer piso y le ha hecho todas las heridas— sonreí sarcástica —Estaría muy guay que dieciséis me explicara, perdón por la palabrita, lo que es esa p*t* mie*d* de masa humanoide deforme y jodida*e*t* fea que ha intentado abrir en canal a dos mutantes— dieciséis empezó a mover las manos mientras Sindy asentía cada vez más perdida

—Espera, espera, me he perdido— el mutante rodó los ojos y volvió a empezar —Vale, dice que son del laboratorio y que se utilizan para recuperar a los mutantes fugados— el de pelo verde colocó una mano sobre otra —O muertos, o matarlos ¿Cadáver?

—¿Qué?— el de pelo verde se apretó el puente de la nariz frustrado y empezó a hacer movimientos más exagerados

—Perdón, lo repito, esa cosa es del laboratorio y se utilizan para recuperar mutantes fugados, muertos, o en algunos casos para matarlos

—¿Y por qué va a por dieciséis?— la castaña hizo una pausa para mirar al mutante que se abanicó la mejilla y se señaló el pecho —¿Cómo que "Utilizan" hay más?

—Porque dieciséis es ilegal— el mutante asintió

—¡Un momento! ¿Me estás diciendo que tú también te mueres? ¿Y que hay varias cosas feas rondando por ahí?— rodó los ojos

—Dice que obviamente hay más, y que no, que por ahora tiene suero y no se va a morir.

—¿Cómo que "Por ahora tienes suero"?— rodó los ojos, otra vez

—Dice que hay que hacer más, también dice que "Y a ti que te importa"

—Qué borde...

Sss-sh!!

—Vale, entonces, me estás diciendo que el suero es del laboratorio, pero tú no— asintió con los ojos entrecerrados —¿Y de dónde te sacó Feránico? ¿Un orfanato?— el mutante frunció el ceño, si es que se podía fruncir más y empezó a hablar indignado

Co (Más que un escorpión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora