Especial Navidad

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Tiré de la sábana para mantener el calor dentro de la cama, lo único malo de la Navidad es el frío que hace.

Lo de pasar tiempo en familia y comer mucho está bien, lo de bailar y cantar villancicos también, lo de que anochezca a las cinco de la tarde y que haga tanto frío que no puedas mover los dedos, no tanto...


¿Co? —El colchón crujió bajo el peso del mutante. —Co —dijo antes de acurrucarse encima mía, aplastándome.

—No puedo respirar Co... —dije empujándolo.

—¡Hola! —¿Jisoo? Ha llegado muy pronto. —¿Todavía sigues en la cama? —dice cuando llega hasta la habitación.

¡Co! —El chico saltó para recibirlo, dejando que me enderezara en la cama.

—Hola a ti también Co.

—Es que ayer fue la cena de nochebuena con mi padre, y me acosté a... —Miré el reloj, 《10:30》 —. Hace menos de cinco horas.

—Interpretar eso como que no estás lista.

—¿Lista? ¿Para qué?

—Bueno, tú eras la que quería hacer algo especial con Co para enseñarle lo que era la Navidad y ese rollo —¡Es verdad! —. Me dijiste que a las diez y media debía estar en tu casa "ni un minuto más ni un minuto menos" —dijo lo último con voz repelente.

—¡Yo no hablo así!

—Pues a mí me lo dijiste así. —Puede que a lo mejor sí que se lo haya dicho así...

—¡Bueno! Eso es lo de menos —dije mientras saltaba fuera de la cama y me ponía las zapatillas —. Ahora deberíamos desayunar y prepararnos. ¡Nos vamos a ver nieve Co!


El mutante saltó de alegría y empezó a perseguirme por toda la casa mientras buscaba la ropa y Jisoo preparaba el desayuno. Dudo que sepa lo que es la nieve y mucho menos que la haya visto alguna vez, así que la una explicación para que esté tan emocionado es que me ha visto contenta y él se ha puesto también.

 Dudo que sepa lo que es la nieve y mucho menos que la haya visto alguna vez, así que la una explicación para que esté tan emocionado es que me ha visto contenta y él se ha puesto también

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¿Desayunar y vestirme? Fácil. ¿Vestir a Co? Eso ya es otro tema. No solo porque haya que meter seis brazos donde se supone que van dos, sino porque no se está quieto. Llevamos media hora vistiéndolo y solo hemos conseguido ponerle los pantalones, un calcetín y un guante, ¡En media hora! ¡No sé queda quieto! Le pongo algo, se lo quita, se lo vuelvo a poner, se lo vuelve a quitar.


—¡Co quieto! ¡Ya! —El chico me miró triste pero hizo caso —. Ahora escúchame con tus dos orejas. ¿Quieres ver nieve? —Asintió —. Pues para eso tienes que estar vestido. ¿Lo pillas? No, te, quites, la ropa —Asintió otra vez —. Bien. —Acaricié su cabeza y cogí el calcetín.

Co (Más que un escorpión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora