El suspiro de un alma en pena en aquella habitación parecía hacer temblar cada pequeño relieve de las sábanas en las que el rubio estaba sentado, reflexionando sobre la corona que poseía y el puesto que se le encargaba al lado de su esposo, los días no habían sido fáciles a partir de aquel vals que compartieron bañados bajo la luna, todo se había complicado en el campo de batalla, y como siempre, su segundo al mando se sentía inútil dentro de las grandes paredes de su lujoso hogar, bajo candelabros que como estrellas se elevaban en el techo, entre ropas elegantes y caras, todo para ellos. Observó la ventana en busca de alguna respuesta, una que le cayese del cielo, algo que no tuviese que descifrar él, y es que en su vida todo había sido curiosidad, preguntas que en su mente florecían en campos fértiles y como un gato que escalaba las ramas del saber, lentamente su entendimiento se expandió. Los tutores enseñándole la magia que escondían las flores y los árboles, el agua dedicándose a apreciar cada pequeño centímetro de esa ninfa que con un delicado cuerpo deleitaba a cada persona del reino, le habían ayudado a entender diversas cosas. Sin embargo, aun el pequeño Park parecía sentirse ajeno a todo aquello que se le había brindado como un milagro, ¿Cómo es posible sentirte tan solo en una gran mansión? Con tantos lujos, tantos vestidos, tantas telas, tanta magnificencia que brotaba solo por brindar lo que los espíritus le guiaban.
Todo en su vida era un constante descubrimiento de sí mismo, del amor, de la tristeza, del enfado que podía sostener en su cuerpo, sentimientos que olvidaba a veces con su fachada de un ser místico. Aún se preguntaba cómo era tan fácil para Yoongi describir su figura sobre un papel, embellecer con palabras que caían con miel sobre la tinta, con besos que jamás fue capaz de entender, caricias tímidas sobre sus pómulos que aún no comprendía, un amor pasional que como el fuego que manejaba no se apagaría, ni con el agua más fría que de sus dedos brotase, su esposo amaba con tanta experiencia, con tanto ardor en su pecho, como si ese corazón mortal se saliese de su interior, sin embargo, era tan frío en la guerra que no podía llegar a comprender la versatilidad que sostenía. La dulzura de sus labios al describir su amor con la dureza de esas navajas que sostenía por ojos, Min era una caja de sorpresas, una muy diversa. No evitó sonreír cuando en el cristal la luna le dedicó una melancólica mirada, por un momento se transportó a ese oscuro manto que los abrazó al bailar, la autenticidad de su mirada y la gentileza de sus movimientos jamás podrían evidenciar que participaba en una bélica guerra contra un poderío que desconocía, un enfrentamiento que aún no terminaba de entender, pues la información que este le daba era escasa, y a Park no le gustaba ser una molestia, pese a ser insistente a veces, sabía lo que llegaba a sufrir su amado por un par de flechas mal lanzadas en el campo de batalla.
Entonces a sus espaldas la puerta se abrió dejando entrever al hombre que se había llevado en sus memorias. Yoongi. Se levantó del colchón con rapidez, como si estuviese haciendo algo indebido dentro de su propia habitación.
Se veía cansado con un par de cicatrices que luchaban por cerrar en su porcelana piel, sus ropas desgastadas, estaban sucias por la tierra, el polvo, la sangre, sudor y lágrimas, todo parecía indicar que con un semblante en rabia la noche no sería buena para los dos. Se sintió intimidado por el aura de respeto que emanaba, vacío en sus oscuros orbes, pero tan brillantes como una chispa, vivía en una hostilidad consigo mismo y la necesidad de ser perfecto, quizás era ese el brote de su furia, quizás habían sido los novatos frente a las filas en la guerra, o simplemente en la mañana había despertado con el pie izquierdo, había bastantes opciones que conocía de su amado. Quiso abrir la boca para hablar, sin embargo, detrás de su persona las criadas comenzaban una charla ofreciendo sus servicios.
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Flores Ciegas para un Rey Roto. [YM]
FanficLos príncipes Jimin y Yoongi son comprometidos a la fuerza, viéndose obligados a unir sus naciones, se transforman en un solo reino, Anica. Esto con el fin de salir victoriosos en una guerra que envuelve a las mentiras y el amor en nudos imposibles...