Los ojos del rubio miraban la cúpula de cristal que guardaba el secreto del caos en Anica, casi perforaba esa limpia superficie con sus orbes colmados con miles de llamas que parecían desear derretirlo. Su impaciencia estaba desatada y jamás había aprendido a manejarla, en consecuencia, ardía, parecía retorcerse de aquellas quemaduras en cada gota de sangre dentro de su noble cuerpo. Nada, nada funcionaba en esa maldita obscuridad. Sus intentos por eliminar esa oscura magia eran tan decepcionantes como lo esperado, un fracaso tras otro, no importaba qué combinación de runas utilizara o cómo las ejerciera, esa maligna presencia se las arreglaba para escabullirse de su poder, o si lograba descomponerla en algunos trozos, esta revivía entre los pequeños pedazos que habían quedado, como si fuera un fénix.
Jimin presionó sus labios, totalmente exhausto por el esfuerzo ejercido, y se dejó caer en la silla que tantas veces había recibido su cuerpo esa noche, por segundos quiso llorar, envolverse en las mantas de la lluvia de su mente y tal vez, encontrar la serenidad, pero bien sabía que las lágrimas lo harían sentirse aún más débil, física y mentalmente. Así que, solo soltó un largo suspiro con sus ojos cerrados, que solo contribuyó a que ese dolor de cabeza se agravara.
Algo, debe haber algo.
Desesperado, Park abrió los ojos una vez más, dirigió su vista hasta todos los papeles que Min había garabateado en busca de algo que les fuese de ayuda, florecían como pétalos en primavera por encima de la única mesa que esa sala secreta contenía, pero cada uno solo tenía una nueva duda para él. Sabía que su esposo se sentía igual que él, totalmente perdido en el abismo de las preguntas. Apreció los bordes de los papeles mejor una vez más. Estaban todos llenos de evidentes quemaduras apagadas antes de que fuesen a escalar a algo peor, sus dedos rozaron el oscuro color que habían tomado las páginas, antes tan pulcras y puras, como si fuesen lo único que lo ataba a Yoongi esa noche, parecían aun tener el calor de sus adorables llamas. No pudo evitar cerrar los ojos por un segundo, en sus recuerdos pudo escuchar la melodía de su voz, casi como una canción de cuna, podía sentirlo cerca de él otra vez.
Tal vez, podría besarlo en el sueño si tenía la oportunidad.
Su estómago se revolvió en mariposas, como si el solo pensamiento de los finos labios de Min lo llevaran una vez más a esa especial noche en la biblioteca, aprisionado entre sus brazos contra una de las estanterías, sus pálidas manos creando senderos a través de su cuerpo, casi tocándole el alma con las yemas frías. Aún podía oír el chasquido de sus labios colisionando entre sí, fantasmagórico sonido que por las noches en la biblioteca hacía eco en los pensamientos de Park, algo pareció encenderse en su interior. Sus mejillas se ruborizaron de solo pensar en la grave voz de Min volviendo a hablarle, como si fuera un secreto.
Concéntrate, Park. No es tiempo de enamorarse ahora.
Pasó su vista hacia la mesa, buscando algo que le ayudara a que su investigación diese frutos. Solo había cenizas esparcidas a lo largo de la extensión de madera, acumulándose en los rincones contra una de las lámparas de noche que lo sostenían de caer en el sueño, la luz que emitían de forma artificial le impulsaba a abrir los ojos con rapidez. Eso era lo que le estaba produciendo la jaqueca, un dolor en los ojos y un constante bostezar, junto al vago recuerdo de su esposo.
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Flores Ciegas para un Rey Roto. [YM]
FanficLos príncipes Jimin y Yoongi son comprometidos a la fuerza, viéndose obligados a unir sus naciones, se transforman en un solo reino, Anica. Esto con el fin de salir victoriosos en una guerra que envuelve a las mentiras y el amor en nudos imposibles...