Mi Omega [SaneTan] Two-Shots

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Sanemi

Apenas los rayos del sol iluminaron su pequeña y acogedora casa, Sanemi se levantó antes que su madre y hermanos.   Desde que Kyogo Shinazugawa(su padre) murió tras ser asesinado por uno de los tipos con quien contrajo deudas, él a sus 11 años, se convirtió en el Alfa de la casa.   Siempre era el primero en levantarse y el último en irse a dormir, siempre preocupado por traer algo de dinero a casa, y hacer que su madre tuviese menos carga sobre sus hombros.

Shizū, esa tierna omega de estatura baja, de carácter dócil y dulce mirada, su hermosa madre.
Siempre se preguntó como alguien como ella pudo haberse fijado en un Alfa como su padre.

Ese maldito.

Desde que tiene memoria, el único recuerdo que tiene es de su pobre madre en el suelo, sollozando mientras el desgraciado de su progenitor le propinaba una golpiza.

Sinceramente y aunque suene mal, se alegró en demasía cuando a su casa vinieron a dar la noticia de que su padre había sido asesinado.
Fue un total alivio saber que su madre no volvería a sufrir ningún maltrato por parte de ese imbécil que se creía superior y no era más que una basura humana andante.

Aunque lo difícil vino después, pues aunque era un maldito, mantenía la casa y su madre no pudo encontrar un trabajo que permitiera solventar los gastos de sus siete hijos.
Si, solo en eso les hacía falta aquel tipo.

Así que, armándose de valor y sin que su madre se enterara, acudió a cada sitio en el pueblo con la esperanza de que alguien le diera trabajo.
Tener 11 años le hacía más difícil las cosas, pues nadie estaría tan loco como para contratar a un mocoso flacucho, por muy alfa que éste fuera.

Fue una fortuna que aquel anciano le diera la oportunidad, y ahora a sus 13 años tenía la manera de solventar algunos gastos de la casa, y aunque su madre estuviera en desacuerdo, seguiría haciéndolo con gusto.

Se vistió en total silencio, sin hacer el menor ruido para no despertar a sus hermanos que dormían todos juntos en dos futones acomodados muy cerca del otro para que los 7 cupieran.
Su madre aún dormía tranquilamente por lo que antes de dirigirse a la salida, se acercó silenciosamente hacia ella y depósito un tierno beso en su mejilla.  La mujer sonrió en sus sueños y Sanemi se prometió a si mismo no dejar que nadie más lastimara a su madre.

Caminó hacia la puerta, tomó su pequeño morral de tela, se lo colgó en su cuello y salió.
Apenas puso un pie fuera de casa cuando una mano sujetando su manga le detuvo, se giró encontrándose con el rostro tímido de su hermanito menor, Genya de 8 años, que le veía mientras se aferraba a su camisa.

─¿Qué haces despierto Genya?.  Vuelve adentro. ─le exige el albino.

El agarre en su manga cede por lo que se dispone a irse, pero la nerviosa voz de su hermano le detiene, otra vez.

─Voy contigo.─ dijo el pequeño omega mientras entrelaza sus manos y frota sus pulgares uno contra otro.

Sanemi frunció el entrecejo.

─¿Qué dices?. ─

─Quiero ir contigo y traer dinero juntos.─ un tierno sonrojo se instaló en sus mejillas al tiempo que decía esto.

El albino dejó escapar un suspiro de cansancio antes de hablar.

─No puedes.─ sentenció el mayor.─ Eres aún pequeño, tu deber es estar en casa y cuidar a nuestros hermanos.

Genya agachó la cabeza sintiendo sus ojos humedecer.

─Es...    ¿Es porque soy omega?.  ¿Verdad?.─  dijo con tristeza el menor.

One-Shot - All x TanjirouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora